Corea del Norte informó el domingo de la detección de 296.180 casos nuevos y 15 nuevos decesos vinculados a una fiebre de origen desconocido, aparentemente ligada al COVID-19, mientras mantiene el confinamiento de la población y cierre de negocios.
Los datos, que corresponden a los casos contabilizados hasta el sábado, elevan a 820.620 el número total de enfermos, de los que 496.030 se han recuperado y 324.550 siguen bajo tratamiento. Las muertes se elevan a 42, según el informe difundido hoy por la agencia estatal de noticias KCNA.
Como medida para intentar controlar la epidemia, «todas las provincias, ciudades y distritos del país han sido totalmente confinados y las unidades de trabajo, producción y residenciales aisladas entre sí desde la mañana del 12 de mayo», mientras se lleva a cabo un «examen estricto e intensivo de todas las personas».
El país comenzó su cuarto día bajo confinamiento nacional con el fin de detener el primer brote confirmado de COVID-19, si bien en los partes oficiales el gobierno habla de pacientes con un tipo agresivo de «gripe».
La agencia estatal de noticias KCNA dijo que se están tomando «rápidas medidas estatales de emergencia» para controlar la epidemia, pero no hay señales de que Pyongyang vaya a aceptar las ofertas internacionales de vacunas.
«Todas las provincias, ciudades y condados del país han sido cerradas y las unidades de trabajo, de producción y unidades residenciales clausuradas entre sí desde la mañana del 12 de mayo. Se está llevando a cabo un examen estricto e intensivo de todas las personas», informó el domingo KCNA.
Un día antes, el mandatario norcoreano Kim Jong-Un dijo que la la propagación del COVID-19 sumió a su país en una «gran confusión» y llamó a una batalla sin cuartel para superar el brote.
Una «gran proporción» de las muertes se ha debido a personas «descuidadas al tomar medicamentos debido a la falta de conocimiento y de comprensión de la enfermedad, y su correcto método de tratamiento», según el informe.
A pesar de las restricciones, Kim y otros altos funcionarios asistieron el sábado a los funerales de Yang Hyong Un, un antiguo colaborador del gobierno de su padre y antecesor, Kim Jong Il, informó la KCNA.