La estampida fatal en Indonesia que dejó al menos 125 muertos en el estadio Kanjuruhan durante un partido de la liga de fútbol local dejó un triste saldo de 32 niños fallecidos y ya se tomaron duras decisiones por parte del gobierno, como la destitución del jefe de la policía.
La primera medida que se tomó este lunes luego de una de las peores tragedias en un campo de fútbol a nivel mundial fue la de expulsar al jefe de la policía de la ciudad de Malang, Ferli Hidayat, y la suspensión de nueve agentes, según anunció el vocero de la policía nacional, Dedi Prasetyo.
El resultado se dio luego de la investigación que comenzó con el interrogatorio a 28 policías, especialmente sobre el uso de gases lacrimógenos en el estadio, lo que provocó la estampida fatal.
En las últimas horas, el ministro a cargo de la seguridad, Mahfud MD, había pedido a la policía indonesia “identificar” a las personas que “perpetraron los crímenes” y que fueran castigadas.
El otro dato que llena de dolor en la tragedia de Indonesia es la confirmación de más niños fallecidos. “Según los últimos datos que hemos recibido, de las 125 personas que murieron en el accidente, 32 eran niños, siendo el más joven un niño de tres o cuatro años”, declaró a la agencia francesa AFP un funcionario del Ministerio del Empoderamiento de la Mujer y la Protección de la Infancia.
La tragedia, que dejó también 323 heridos, ocurrió la noche del sábado en la ciudad de Malang luego de que fanáticos del equipo local Arema FC invadieron la cancha del estadio Kanjuruhan tras perder 3-2 ante el clásico Persebaya Surabaya.
Por otra parte, el presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó indemnizar a los familiares de las víctimas. “Como señal de condolencia, el presidente donará 50 millones de rupias (3.200 dólares) por cada víctima fallecida”, indicó el ministro jefe de Seguridad en una rueda de prensa, agregando que el dinero se entregaría en uno o dos días.
Las fuerzas de seguridad respondieron con el lanzamiento de gas lacrimógeno a los hinchas que invadieron la cancha, provocando que los espectadores corrieran en masa a los pequeños portones donde quedaron aplastados o asfixiados, según testigos.
La policía calificó el incidente como un “motín” en el que dos agentes murieron, pero los sobrevivientes los acusan de exagerar en su respuesta y de provocar la muerte de numerosos espectadores.
Por su parte, el presidente del Arema FC, Gilang Widya Pramana, pidió disculpas el lunes y se responsabilizó de los actos. “Como presidente del Arema FC, asumiré toda la responsabilidad de lo ocurrido. Me disculpo profundamente ante las víctimas, sus familiares, todos los indonesios y la Liga 1″, dijo, entre lágrimas, en la televisión indonesia.
Asimismo, el brasileño Edson Arantes do Nascimento, estrella absoluta del fútbol, dejó su reflexión tras el episodio que llenó de luto al deporte. “Deseo mucha paz y amor a todo el pueblo de Indonesia. La violencia no combina con el deporte. No existe dolor en la derrota que justifique que perdamos el amor al prójimo. El deporte debe ser siempre un acto de amor”, escribió O Rei en su cuenta en Instagram.
Pelé, de 81 años, acompañó el mensaje con una imagen de un niño sentado junto a un gran corazón formado por velas, con fotografías de las víctimas adentro.
Por otra parte, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, calificó la tragedia como un “día oscuro” para el fútbol. Incluso, el mundo lamentó la tragedia. Clubes españoles hicieron un minuto de silencio y equipos de Europa enviaron condolencias en línea.