La justicia estadounidense condenó este miércoles al exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, a una pena de más de 38 años de prisión por complicidad con el Cártel de Sinaloa.
De esta forma culmina el histórico proceso que comenzó el 9 de diciembre de 2019, el día en el que García Luna fue detenido de manera inesperada en Texas. La noticia cimbró a la política mexicana, ya que se convirtió en el funcionario de más alto rango en ser juzgado por su vinculación con el crimen organizado.
El juicio demoró más de tres años, pero fue breve. Se llevó a cabo del 11 de enero al 21 de febrero de 2023 en la Corte del Distrito Este de Brooklyn, que encabeza el juez Brian Cogan, el mismo que en 2019 condenó a cadena perpetua al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán.
Después de 18 audiencias en las que participaron 27 testigos, García Luna fue encontrado culpable de cinco cargos: tres por conspiración internacional para exportar cocaína y otras drogas a EE. UU. a través de sobornos que le pagaba el Cártel de Sinaloa; otro por delincuencia organizada y uno más por haberle mentido en 2018 a un agente federal de migración.
Detalle de la pena
En la sentencia dada a conocer este miércoles, el juez Cogan dictaminó que tendrá 460 meses de prisión por los primeros cuatro cargos y seis meses más por falsedad de declaración, reseña El Universal. Eso da un total de 38,8 años en la cárcel.
Asimismo, a García Luna, quien actualmente tiene 56 años, se le impuso una multa de 2 millones de dólares y cinco años de libertad condicional.
Apelación fallida
Durante la espera de la definición de la pena, que se postergó por 20 meses, García Luna impugnó el fallo del jurado y exigió, sin éxito, la realización de otro juicio.
También apeló al escándalo. El mes pasado, a sabiendas de que se acercaba la lectura del veredicto que definiría el tiempo que deberá pasar el prisión, el exsecretario de Seguridad aseguró a través de una carta que contaba con videos que supuestamente demostraban que el expresidente Andrés Manuel López Obrador tenía vínculos con el narco.
«Que los dé a conocer», respondió desafiante el exmandatario, que se encontraba en la recta final de su Gobierno. La controversia no pasó a mayores dado el desprestigio de García Luna y los altos niveles de popularidad con los que López Obrador terminó su carrera política.
Revelaciones
El juicio contra García Luna estuvo colmado de controversias. En un principio se especuló con la posibilidad de que testificaran Édgar Valdez Villarreal, alias ‘La Barbie’, un sanguinario sicario condenado en EE.UU. y que aseguraba ser informante de agencias de este país; y Emma Coronel Aispuro, la esposa del ‘Chapo’, que a fines de 2021 se declaró culpable de los delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero.
Sin embargo, ni ella ni ‘la Barbie’ fueron convocados finalmente al juicio contra García Luna. El acusado tampoco quiso hablar en el tribunal, lo que evaporó los rumores de que denunciaría a sus exjefes, los expresidentes Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012).
Así, el único «testigo estrella» fue Jesús ‘El Rey’ Zambada, hermano de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, el líder del Cártel de Sinaloa que fue detenido en agosto pasado.
‘El Rey’ Zambada, quien también testificó contra ‘El Chapo’, confirmó que él le había entregado a García Luna cinco millones de dólares en sobornos a cambio de que protegiera a la organización criminal.
Otros dos narcos se sumaron a las acusaciones. Sergio Villarreal, alias ‘El Grande’, reveló que García Luna recibía mensualmente entre uno y tres millones de dólares; y Óscar Nava Valencia, ‘el Lobo’, dijo que le había dado personalmente 7,5 millones de dólares.
El exfiscal de Nayarit, Edgar Veytia, declaró que, en 2011, el entonces gobernador de este estado, Ney González, le contó que García Luna y Calderón le habían dado la orden de proteger al Cártel de Sinaloa. Sin embargo, no tenía más pruebas que sus dichos.
Poder
García Luna, un ingeniero mecánico nacido en 1968 en un barrio popular de la ciudad de México, mutó a rico e influyente funcionario durante los gobiernos del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
Fox lo nombró director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), en tanto que Calderón lo designó secretario de Seguridad Pública, cargo que lo consolidó como uno de los funcionarios más poderosos del país.
Su trayectoria pública estuvo permanentemente rodeada de escándalos, ya que ejerció presupuestos multimillonarios, produjo montajes televisivos que presentó como operativos de seguridad reales para presumir una falsa eficacia, controló los servicios de inteligencia y lideró la ‘guerra contra el narcotráfico’ que Calderón puso en marcha.
Pero, según las imputaciones del Departamento de Estado de EE.UU. y la DEA, en lugar de combatir a los narcos, García Luna se alió con ellos, tal y como lo denunciaron durante años múltiples investigaciones periodísticas en México.
Durante su época de gloria, lo llamaron como ‘el súper policía’ y ‘el super secretario’. Fue condecorado por la DEA, el FBI, Interpol y por gobiernos de otros países. En 2012, el inicio del Gobierno de Enrique Peña Nieto marcó su retiro de los cargos públicos.
García Luna se radicó entonces en Miami, en donde vivió en una lujosa mansión, con una colección de autos de alta gama y bienes millonarios, injustificables con sus ingresos como funcionario público.
parece que los Mexicanos hallaron su conciencia o quien les haga justicia