Pese al estado de excepción que rige desde enero por orden del Gobierno, la violencia en Ecuador persiste. Seis adultos y cinco niños ecuatorianos, que habían llegado al balneario de Ayampe, en el suroeste del país, el jueves 28 de marzo en la tarde, fueron secuestrados al día siguiente por una veintena de personas armadas que irrumpió en su hotel.
Las víctimas fueron sometidas a «interrogatorios» y cinco adultos fueron hallados con heridas de bala en una carretera cercana, dijo el comandante local de la Policía Richard Vaca.
Los turistas no tenían vínculos con organizaciones delictivas, pero los atacantes «habrían confundido, aparentemente, a estos sujetos como sus adversarios en (…) la disputa de microtráfico en el sector», añadió el jefe de Policía.
En el operativo de captura se incautaron fusiles automáticos, pistolas, explosivos y municiones.
Ecuador, anteriormente uno de los países más pacíficos de América Latina, está bajo el yugo de las bandas criminales que se disputan a sangre y fuego las rutas del narcotráfico. Un ciclo de violencia que ha provocado un aumento de la tasa de homicidios, que pasó de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 al récord de 43 en 2023.
El presidente Daniel Noboa expresó su «solidaridad con las familias» de las víctimas el sábado en su cuenta de X.
«Esta es una muestra de que el narcoterrorismo y sus aliados están buscando espacios para atemorizarnos, pero no lo lograrán», advirtió el mandatario.
En enero, Noboa declaró a la nación en conflicto armado interno, tras una violenta arremetida de bandas criminales que dejó una veintena de muertos, ataques a la prensa, explosiones y más de 200 secuestros en cárceles y calles.
«Lo sucedido en Santa Elena y Manabí nos recuerda que la batalla continúa. La Policía Nacional se encuentra desplegada y como resultado hemos capturado a uno de los secuestradores de Ayampe, no descansaremos hasta encontrar a los demás. Esta es una muestra de que el narcoterrorismo y sus aliados están buscando espacios para atemorizarnos, pero no lo lograrán», dijo Noboa en X.
Las cárceles ecuatorianas son centro de operaciones de bandas narcotraficantes vinculadas a carteles de Colombia y México. Desde 2021 los constantes choques armados entre estos grupos criminales han dejado más de 460 presos muertos.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, Ecuador se convirtió hace años en un centro logístico para el envío de droga a Estados Unidos y Europa.