China expandió el viernes a por lo menos trece ciudades, con unos 40 millones de habitantes, las medidas de aislamiento diseñadas para contener el brote de un nuevo virus letal que ha enfermado a cientos de personas, aunque se desconoce el éxito potencial de la medida.
Las ciudades aisladas son Wuhan, Ezhou, Huanggang, Chibi, Qianjiang, Zhijiang, Jingmen y Xiantao, todas ubicadas en la provincia de Hubei, en el centro del país y donde se ha concentrado la enfermedad. Más tarde, las autoridades de Jingzhou, con 6,4 millones de habitantes, anunciaron el viernes que todos los trenes de salida de su estación estarían suspendidos a partir de las 04H00 GMT. Otras cuatro se sumaron durante la mañana del viernes.
Los autobuses públicos, el transporte de pasajeros, los autocares turísticos, los ferries y otras embarcaciones también tuvieron que dejar de circular de forma temporal.
En Wuhan, donde comenzó el cierre a primeras horas del jueves, las calles, centros comerciales, restaurantes y demás espacios públicos lucían desiertos. El uso de mascarillas era obligatorio en público. Las estaciones de tren y metro, y el aeropuerto, fueron cerrados; la policía inspeccionó los vehículos que ingresaban a la ciudad pero no cerró los caminos.
Las otras ocho ciudades a las que se les impuso el cierre se ubican cerca de Wuhan, pero las autoridades están tomando medidas preventivas en todo el país. En la capital, Beijing, se cancelaron de forma indefinida algunos grandes eventos, incluyendo ferias tradicionales que son distintivas de las festividades por el Año Nuevo Lunar. La Ciudad Prohibida, un complejo de palacios, anunció que cerrará indefinidamente a partir del sábado.
El número de casos confirmados del nuevo coronavirus aumentó a 830 con 26 decesos, informó la Comisión Nacional de Salud. También se confirmó el primer fallecimiento fuera de la provincia central de Hubei. La comisión de salud en Hebei, una provincia del norte colindante con Pekín, dijo que un hombre de 80 años de edad murió después de regresar de una estancia de dos meses en Wuhan, a donde viajó para visitar a sus familiares.
La gran mayoría de los casos se han registrado dentro y en los alrededores de Wuhan, o en personas relacionadas a la ciudad. También se han confirmado casos en los territorios chinos de Hong Kong y Macao, así como en Estados Unidos, Japón, Taiwán, Corea del Sur, Tailandia y Singapur.
Muchos países inspeccionan a los viajantes procedentes de China en busca de síntomas del virus, que puede provocar fiebre, tos, dificultades respiratorias y neumonía.
La Organización Mundial de la Salud ha decidido no declarar una emergencia mundial, una medida que puede destinar más fondos y recursos para el combate de la amenaza, pero también puede provocar restricciones comerciales y de viaje, así como otros daños económicos.
La decisión “no debe tomarse como señal de que la OMS no cree que la situación es grave o de que no la tomamos en serio. Nada más lejos de la verdad”, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “La OMS está monitoreando este brote a cada minuto de cada día”.
Las autoridades chinas no han informado cuánto durará el cierre de las ciudades. Aunque las medidas radicales son comunes dentro del gobierno que encabeza el Partido Comunista, las cuarentenas a gran escala son poco usuales en todo el mundo, incluso en epidemias letales, debido a las preocupaciones sobre violar las libertades de las personas. Además, se desconoce la efectividad de tales medidas.