En un territorio sin ley, los más jóvenes son carne de cañón para el crimen organizado. Las madres están muy preocupadas, protegen a sus hijos porque saben que están en un foco rojo. Los criminales se agarran de quienes tienen más necesidad, menos estudios, más vulnerabilidad, y en México hay muchísimas personas en esa situación.
Su posición como como una de las células más poderosa del país, le permitió al Cártel de Jalisco Nueva Generación, reclutar a cientos de personas en los últimos cinco años, pero las autoridades alertan de que comenzaron a integrar a sus filas a menores de edad.
El grupo liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias «El Mencho» es una de las organizaciones criminales con más integrantes menores de 18 años.
El objetivo del abominable reclutamiento es que en el marco legal mexicano los menores reciben un trato diferente al ser arrestados, incluso por crímenes como asesinato.
Cuando los alistan para formar parte de una organización criminal, los líderes no piensan en formar criminales profesionales, sino que aprovechan su vulnerabilidad y si los detienen o asesinan no hacen nada por ellos, por que saben que hay miles más para ser usados.
Antes de cumplir la mayoría de edad, el rapero Christian Omar Palma Gutierrez , alias «QBA», se integró a la célula criminal del CJNG como dealer y en labores de vigilancia, según la Fiscalía General del Estado de Jalisco.
En más de una década, el rapero logró reunir miles de seguidores en YouTube, donde compartía sus canciones; sin embargo, no fue suficiente. «QBA» participó en el asesinato de tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) en Jalisco.
Los jóvenes Salomón Gastélum, de 25 años, Daniel Díaz, de 20 y Marco Ávalos, de 20, fueron secuestrados y torturados antes de su muerte. «QBA» y sus cómplice habrían intentado hacer desaparecer sus cuerpos disolviéndolos en ácido. Actualmente se encuentra preso por su participación en el crimen.
Muchas historias con trágicos desenlaces se han entretejido al rededor de los niños sicarios. Podríamos decir que en medio de la mayor crisis de inseguridad, las nuevas generaciones crecieron en ambientes caracterizados por la pobreza y el miedo, y las bandas del crimen organizado se dieron a la tarea de ensanchar sus dominios en las grandes ciudades.
En México hay 38.3 millones de personas de 0 a 17 años, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Los menores de 11 años son considerados como grupo vulnerables porque todavía no desarrollan completamente la capacidad de decidir y estos los coloca en una situación indefensa frente a tentaciones o amenazas.
Las cifras se vuelven más sanguinarias al mencionar que de la población infantil, de 5 a 17 años, 460,000 menores han pasado a engrosar las filas de las organizaciones criminales.
Sicarios «enrolan» a menores
La Red por los Derechos de la Infancia (Redim) alertó desde 2011 que el Estado cada día ofrece menos oportunidades de desarrollo a niños, niñas, jóvenes, quienes son víctimas de una declarada guerra contra el crimen organizado.
Dos videos expuestos el pasado 27 de agosto, muestran a dos menores de edad que cargan armas largas mientras lanzan amenazas contra grupo criminales.
En uno de ellos se observa a un niño sicario arriba de una camioneta con un arma larga amenazando a Nemesio Oseguera, «El Mencho» y líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
El menor es identificado como colaborador de Jesús Greorio Villanueva, alias «R-5», supuestamente asesinado en 2013. El «R-5» era líder del grupo armado Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa.
En otra de las grabaciones se observa a un pequeño con un rifle de asalto y parado delante de un tigre encarcelado. «Pura gente del ‘Mayo’ y al que ande valiendo verga, se lo va comer gente el tigre, amenaza mientra apunta con el arma hacia el felino.
Por los hechos, Juan Martín Pérez García, director de Redim, llamó a las autoridades a proteger a los menores.
Juanito Pistolas, de 16 años, fue uno de los 11 integrantes de la Tropa del Infierno, escisión del Cártel del Noreste, por la policía de Tamaulipas en Nuevo Laredo, el pasado 27 de agosto.
Tan pronto se supo de su muerte, la noticia se viralizó en redes sociales. El niño sicario terminó decapitado gracias a las ráfagas de disparos que intercambiaron los criminales con el Grupo de Operaciones Especiales del Centro de Análisis, Información y Estudios de Tamaulipas.
La fama de «Juanito Pistolas» era tal, que circulan unos videos de narco rap dedicados a él. Uno de ellos llamado «Comandante Chikitín, donde hacen alusión a que ingresó a las filas del CDN desde los 13 años.
Los pequeños que sueñan con ser sicarios
En la muerte de tres adolescentes se repetían cuatro pasos clave: «Disparos, sigilo, crimen,asesinatos». La historia se desarrolla en San Luis del Río Colorado, Sonora, donde tres jóvenes, Alexis «R», de 14 años, Moises «O» y Armando «F», de 17 años, fueron sorprendidos por una unidad de la policía cuando asesinaban a una persona con arma de fuego.
Al saberse vigilados, los niños sicarios dispararon contra los policías, quienes respondieron el ataque y en el cruce de balas, los tres murieron.
Las autoridades locales dijeron que se encontraron con los adolescentes en la avenida Mazatlán, entre las calles 11 y 12, al suroeste de la localidad.
Los menores pertenecerían a la célula delictiva Los Salazar, lugartenientes del Cártel de Sinaloa, y quienes estuvieron detrás del asesinato de un menor en el municipio de Empalme, Sonora.
El menor Dayron Jesús Luna, de 7 años, murió el pasado miércoles al sufrir quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo, luego de que un comando armado irrumpió en su casa, secuestró a su padre y le prendió fuego a la vivienda con su familia adentro.
Dayron vivía en la colonia la Libertad, una de las más conflictivas de Empalme, Sonora.
Según un video difundido en redes sociales, una mujer identificada como la encargada de logística del Cártel de Los Salazar, brazo armado del Cártel de Sinaloa, afirmó que el padre del niño, José de Jesús Luna, alias «El Pelón de la Luna», distribuía droga del grupo criminal.
La CIDH considera que el reclutamiento de menores de edad por el crimen organizado o las pandillas se da también a partir de la dependencia a alguna droga.
Un informe reciente, publicado por la Redim, revela que tres niñas, niños y adolescentes son asesinados a diario en México, debido a la crisis de violencia, que solo durante el 2018 dejó más de 33.000 víctimas fatales.