El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el sábado que aumentará a 15.000, el nivel máximo, el número de refugiados admitidos este año en Estados Unidos.
El límite de 15.000 fue establecido por primera vez por su predecesor, el expresidente Donald Trump. Biden firmó un decreto el viernes que extiende ese límite a lo largo del año fiscal del gobierno, que finaliza el 30 de septiembre.
De esta forma, Biden dejó de lado un plan anunciado en febrero de que aumentaría el límite a 62.500.
Su breve declaración llega un día después de recibir críticas de los legisladores demócratas por aceptar mantener la cifra históricamente baja. No obstante dijo a los periodistas en Delaware el sábado que iría más allá del límite de 15.000.
«Vamos a aumentar el número. El problema fue que la parte de refugiados estaba trabajando en la crisis que terminó en la frontera con los jóvenes. No podíamos hacer dos cosas a la vez, así que ahora vamos a aumentar el número», sostuvo.
En medio de las críticas, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el viernes que Biden planeaba «establecer un límite de refugiados final y aumentado para el resto de este año fiscal antes del 15 de mayo».
La orden de Biden de limitar las admisiones a 15.000 fue un revés para los grupos de defensa que querían que el presidente demócrata actuara rápidamente para revertir las políticas de refugiados del republicano Trump, que había fijado la cifra como una forma de limitar la inmigración.
El programa de admisión de refugiados es distinto del sistema de asilo para migrantes. Los refugiados deben ser examinados mientras aún están en el extranjero y autorizados para ingresar a Estados Unidos, a diferencia de los migrantes que llegan a la frontera estadounidense y luego solicitan asilo.
Psaki había dicho el viernes que «la meta inicial de Biden de 62.500 parece poco probable … dado el diezmado programa de admisión de refugiados que heredamos».
Los republicanos han culpado a Biden por la situación en la frontera sur, lamentando que sus movimientos buscan revertir otras políticas de inmigración la era Trump.
El gobierno de Biden ha asegurado que la frontera no está abierta, pero que no obstante mantiene su intención de reestablecer un sistema inmigratorio más «humano».