Los productores de Bélgica han pedido a sus compatriotas que consuman patatas fritas dos veces por semana para ayudar a los agricultores belgas durante la pandemia de covid-19, ya que 750.000 toneladas de este producto corren peligro de echarse a perder, reportan medios locales.
Se trata de un plato nacional en Bélgica, pero la crisis sanitaria y el cierre de fronteras hicieron disminuir el consumo y la exportación de ese artículo y, aunque varios establecimientos aún funcionan en territorio belga, la mayoría de restaurantes tuvieron que cerrar por la cuarentena.
Para aprovechar esos excedentes, los productores de Bélgica también planean donar 25 toneladas de papas cada semana a los bancos de alimentos al menos hasta finales de mayo, «una acción positiva en tiempos complicados» que permitirá a las familias con menos recursos tener «patatas locales frescas» cada semana, según comentó la ministra de Agricultura belga, Hilde Crevits.
Pero la papa frita es mala para la salud y en algunos estudios dice que es cancerígena… el problema de la economía es el la motivación