Las autoridades sanitarias mexicanas autorizaron, por mandato judicial, a una filial de la empresa canadiense Xebra Brands para cultivar, procesar y comercializar de manera industrial el cannabis sin psicoactivo. Es la primera compañía de ese tipo que operará en México.
El permiso fue otorgado bajo objeción de la comisión sanitaria, pues sostiene que no cuenta con la suficiente información para garantizar la seguridad del producto.
La estatal Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) anunció el jueves en un comunicado, que emitió de manera conjunta con las secretarías de Gobernación y Salud, que por decisión de un juzgado de distrito fue obligada a emitir una autorización para el procesamiento y comercialización del cannabis industrial, así como para la importación de la semilla y el procesamiento del material vegetal para extraer aceite de cannabidiol..
Un funcionario de COFEPRIS, que no está autorizado para declarar, dijo a AP que la decisión fue a favor de Desart MX, filial mexicana de Xebra Brands.
La autoridad sanitaria afirmó que dio paso al permiso “ante amenazas de multas y destituciones de servidores públicos” y admitió que en este momento “no cuenta con suficiente información para determinar que este producto es seguro para los fines que la empresa multinacional pretende utilizarlo”.
Asimismo, la comisión indicó que ante el “grave riesgo a la salud que una autorización de este tipo representa”, decidió presentar recursos de queja e inconformidad ante los tribunales para tratar de revertir e invalidar el permiso, lo que podría suponer para Xebra una nueva batalla legal.
La decisión de COFEPRIS se da luego de casi dos años de acciones judiciales que se iniciaron a finales de 2021 luego que la Suprema Corte de Justicia otorgara un amparo a favor de Xebra para que pudiera sembrar, cultivar y manufacturar en México diversos productos de cannabis para usos industriales sin psicoactivo.
En la sentencia la Suprema Corte ordenó a COFEPRIS emitir una licencia y definir los parámetros de operación de la filial mexicana, proceso que se extendió por más de un año, que llevó a la empresa canadiense a recurrir a tribunales para que se cumpliera la decisión del máximo tribunal.
El cáñamo es una variedad de la planta cannabis sativa con bajo contenido en Delta-9 tetrahidrocanabinol (THC) que es el principal constituyente psicoactivo del cannabis. Cáñamo es el nombre de la fibra que se obtiene de la planta que puede emplearse para la elaboración de textiles, combustibles ecológicos, materiales de bioconstrucción, celulosa para papel y hasta cosméticos.
El cannabidiol (CBD) es uno de los 113 cannabinoides, o compuestos químicos, que se encuentran en cannabis sativa. El CBD parece moderar el efecto eufórico del THC, pero hay investigaciones que sugieren que puede incrementar el estado de alerta.
El cannabigerol (CBG) es otro cannabinoide, no psicoactivo, que también se encuentra en el género de plantas de cannabis.
Xebra Brands indicó en un escrito que las autorizaciones de la COFEPRIS son para la “comercialización de productos de cannabis con bajos niveles de THC (menos del 1%) así como la fabricación y comercialización de todos los aceites cannabinoides únicos, como CBD, CBG, CBN, y otros cannabinoides bajos en THC así como cierto usos de la flor de cannabis”.
El empresario mexicano Rodrigo Gallardo, director y representante legal de Desart MX, descartó que las acciones judiciales puedan poner en riesgo la autorización que les otorgó a finales de febrero la autoridad sanitaria. Dijo a AP que “vamos a continuar con todos los planes que tenemos de la empresa para detonar esta nueva industria en México”. Esperan iniciar este año con la siembra de las semillas del cáñamo.
Gallardo precisó que COFEPRIS estableció una serie de requisitos en paralelo al permiso y que los impugnarán en tribunales para cambiarlos porque “son exclusivamente para sustancias controladas o para psicotrópicos, los cuales a nosotros no nos aplica”.
El empresario negó que el producto que manejará la filial mexicana represente un riesgo para la salud, tal como sostiene el ente de control sanitario. Y sostuvo que eso quedó determinado en los diferentes peritajes que se presentaron durante el proceso judicial que se siguió en la Suprema Corte.
Gallardo atribuyó la posición de la comisión sanitaria a un “gran desconocimiento en el sentido de diferenciar entre cannabis psicoactivo y el cannabis no psicoactivo, que es el cáñamo”.
La legalización del cannabis en México se ha movido entre idas y venidas. En 2018, la COFEPRIS otorgó los permisos para 38 productos con cannabis y sus derivados, que incluían suplementos alimenticios, cosméticos, alimentos y materias primas, bajo unos lineamientos en materia de control sanitario.
Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumiera el gobierno a finales del 2018, la nueva administración sanitaria revocó esas pautas, lo que llevó a algunas empresas a recurrir a acciones legales para poder vender sus productos.
Durante el gobierno de López Obrador se han impulsado iniciativas para descriminalizar el cannabis en México -tal como se dio en Uruguay, Canadá y algunos estados de Estados Unidos-, pero no han prosperado a pesar de que la Suprema Corte ha instado al Congreso a legislar sobre el tema.
El máximo tribunal aprobó en 2021 una declaración de inconstitucionalidad de partes de una ley que prohibía el consumo de cannabis con fines recreativos y dejó en manos de las autoridades sanitarias la emisión de los permisos para las personas adultas bajo algunas limitaciones.
En la Cámara Alta, se está discutiendo desde 2021, bajo iniciativa de la bancada oficialista, un proyecto de ley para la regulación del cannabis psicoactivo que se espera aprobar este año.