El accidente de un Boeing 737 con 189 pasajeros a bordo se sumó este lunes a un año repleto de catástrofes para Indonesia, en el que el país asiático tuvo que afrontar varios terremotos, erupciones volcánicas y un tsunami de gran tamaño.
La última tragedia aérea se produjo al poco tiempo de que el aeroplano de la compañía Lion Air despegara con destino a Pangkal Pinang desde el aeropuerto capitalino de Yakarta, al que el piloto pidió regresar a los 2 o 3 minutos iniciado su periplo. Según los responsables de las instalaciones, la torre de control perdió contacto con el vuelo a los 13 minutos del despegue.
Un buque que navegaba al norte de Yakarta confirmó que había visto como el aeroplano se estrellaba en medio del mar y al acercarse al lugar del impacto descubrieron restos del aparato flotando sobre las aguas, pero no encontraron a ningún superviviente.
Imágenes difundidas por los medios de comunicación locales permitían ver los incontables trozos del avión y los enseres de los pasajeros esparcidos por el entorno marino.
Los equipos de rescate encontraron varios cadáveres en una parte del fuselaje que no se había hundido y uno de los responsables de esta agrupación, el general Bambang Suryo Aji, reconoció que lo más previsible es que no hubiera supervivientes. «Mi predicción es que nadie ha sobrevivido», aseguró.
El consejero delegado de Lion Air, Edward Sirait, reconoció que ese mismo aparato había sufrido un problema técnico la jornada anterior pero dijo que había sido subsanado. «Hubo un aviso por un problema técnico que fue resuelto de acuerdo con el procedimiento», informó Sirait sin querer entrar en detalles de cuál fue el incidente.
Varios medios locales indicaron que el aparato cayó desde 2.500 metros de altura en la bahía Karawang, un lugar donde la profundidad del agua no excede los 35 metros.
Un experto en aviación, Gerry Soejatman, comentó en las redes sociales que por el pequeño tamaño de la mayoría de los restos encontrados la aeronave «habría impactado en el agua a gran velocidad».
Los propios restos humanos que se han recuperado aparecieron tan destrozados que han tenido que ser apilados en seis sacos, según indicó la agencia Af.
Lion Air forma parte de la multitud de compañías de bajo coste que cubren el complejo y extenso territorio de la nación asiática, integrada por miles de islas.
El atribulado historial de seguridad que atesoran llevó a la Unión Europea a prohibir que volaran al territorio europeo en 2007 y sólo con el paso del tiempo se excluyó de esta lista negra a grandes compañías como Garuda, Batik Air o la propia Lion Air.
El pasado mes de junio, la Unión Europea decidió levantar las restricciones al resto de las compañías.
Nada más conocerse lo ocurrido Australia ordenó que se prohibiera el acceso a sus aeropuertos de Lion Air, una empresa que ha registrado varios accidentes similares en el pasado.
En 1997, Indonesia encadenó hasta tres graves sucesos de este tipo en el que murieron cientos de pasajeros después de que un Fokker F-28, un Airbus A300B$ y un Boeing 737-300 se estrellaran en pocos meses.
Los aviones Boeing 737 fueron empezados a fabricar en 1967 y vuelan comercialmente desde 1968 (hace medio siglo!!) y aunque no sé de qué año sería éste accidentado es muy posible que ya haya cumplido al menos 35 años, lo cuál es mucho para un avión de cualquier marca y tipo, aunque le hayan cambiado las turbinas en su oportunidad. Los organismos que controlan la aviación comercial deben de ser más exigentes con las edades y condiciones de los aviones en general, pero especialmente con los que se conocen como de «línea barata». La vida de sus pasajeros merece cuidarla.