Edith contactó a su gran amiga Katie Barberi para anunciarle que estaba en el hospital y que las cosas «no estaban bien», por lo que no dudó en viajar de Los Ángeles a la Ciudad de México para visitarla. En la última plática que sostuvieron frente a frente, la actriz de ojos azules le hizo una petición muy especial a Barberi que tiene que ver con su hija Constanza. Dos días después de la charla, la protagonista de diversas telenovelas «se quedó dormida» y no sufrió.
Edith González se dio el tiempo para despedirse de su familia y de sus amigos más allegados, antes de quedarse dormida y que más tarde la desconectaran de las máquinas que la mantenían con vida, así lo relató Katie Barberi, quien fuera amiga de la fallecida actriz por más de 15 años.
» Si alguien podía coordinar hasta su propia despedida era esa mujer, tenía una entereza y capacidad de llevar 16 cosas a la vez. Ella retó a la vida siempre en eso, hasta el final», ya que la actriz de ojos azules, en su lecho de muerte se tomó la atención de llamar a su amiga que estaba en Los Ángeles, California.
«El hecho de que tuviera un segundo para llamarme, le agradeceré toda la vida. Recibí un mensaje de WhatsApp en el que me decía: ‘estoy en el hospital, las cosas no están muy bien, me gustaría hablar’. La llamé y no obtuve respuesta, ni por mensaje, así que decidí viajar a la Ciudad de México», relatóen una entrevista.
Katie Barberi acudió a ver a Edith González el martes 11 de junio y el estado de la actriz de ojos azules ya era delicado: «Ya casi no podía hablar, dijo muy poco de hecho, porque le costaba ya mucho trabajo hablar, más bien escuchó y sólo traté de decirle algunas palabras que la divirtieran y la hicieran reír», su amiga la besó en la frente y salió de la habitación con la idea de volverla a ver.
Al día siguiente, el miércoles 12 de junio, Katie estaba en una junta de trabajo con la actriz Vanessa Bauche, quien también era gran amiga de Edith: «Me entró una llamada telefónica de este hombre Lorenzo Lazo, el que, debo decirlo… tiene una entereza y una fuerza de admirarse. Me llamó y me dijo: ‘las están escuchando'».
Katie sabía que era el momento de despedirse: «Le dije: ‘solo le pido a la vida que pueda llegarte un solo día a los talones, de la mujer, de la actriz, de la esposa, de la madre que eres tú’. Muchas veces en la vida se dice que no se puede tener todo y ella era la muestra de que sí».
En esos momentos donde Edith ya no hablaba estaba con los suyos: «Tuvo la fortuna de estar en sus últimos momentos con su familia, su esposo, su hija, su mami. Es una mujer que se merece todo el amor de los millones de personas que la amamos».
Sin embargo, fue la actriz Leticia Calderón quien en entrevista con el programa El Gordo y la Flaca dejó claro que Edith González no sufrió: «Luchó hasta el último momento. No es que se haya dado por vencida. Simplemente dijo, déjenme cinco minutos con mi familia, se despidió y se quedó dormida. Dijeron que se había quedado dormidita a las 10 de la mañana».
Se sabe que la familia por petición de Edith la desconectó de las máquinas que la mantenían con vida: «No estuve presente para esas decisiones, no puedo decir lo que no sé, pero la conozco y si de unas máquinas dependía… conociéndola como la conozco, esa no es la manera como quería contribuir a este planeta», acató Barberi.
Edith González fue diagnosticada de cáncer en el ovario en 2016, y hace unas semanas surgió el rumor de que esta enfermedad la había atacado nuevamente: «No se puede desmentir algo que no es verdad, yo estoy bien», dijo en entrevista con el programa Ventaneando, y es que a decir de su amiga, nunca se tuvo la certeza si el cáncer estaba nuevamente en su cuerpo.
Edith González falleció el jueves 13 de junio, según confirmó su familia a través de un comunicado de prensa: «Su deceso fue a consecuencia de un súbito deterioro de salud, resultante de una recurrencia del cáncer que se le diagnosticó hace tres años».
Porque la nota resalta que era: «La actriz de ojos azules»? Es que tener ojos azules te hace digno de una nota periodistica? Ese es el tipico racismo y clasisismo que hemos tenido enraigado culturalmente por desgracia.