Tras el anuncio del gobierno de Joe Biden quien autorizó cerrar la frontera con México a los migrantes que solicitan asilo cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en el promedio de siete días. Podía reabrirse cuando la cifra bajara de 1.500 en ese mismo lapso.
A partir del martes 1 de octubre, el promedio para abrir la frontera aumenta a «28 días naturales consecutivos», es decir incluyendo los fines de semana y festivos, informó el departamento de Seguridad Interior (DHS) en un comunicado.
Además, las autoridades incluirán en el número de cruces a «los niños no acompañados procedentes de países no contiguos», lo cual aumentará la probabilidad de que las cifras superen el tope. Sólo serán contados puesto que las restricciones migratorias no se aplican a los menores que viajan solos. Tampoco a las víctimas de «una forma grave de tráfico» de personas, los migrantes con un visado y aquellos que lleguen a un puerto de entrada mediante una vía legal, como la aplicación móvil CBP One.
Las asociaciones de defensa de los migrantes interpusieron una demanda contra el decreto en junio y el lunes 30 de octubre han vuelto a poner el grito en el cielo.
La migración irregular es uno de los temas centrales de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, que disputan el expresidente republicano Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris.
Trump, de 78 años, amenaza con expulsiones masivas de migrantes si recupera las llaves de la Casa Blanca.
Pese a su retórica antimigrante los votantes parecen confiar más en él que en Harris para abordar la migración ilegal, según las encuestas.