Los candidatos presidenciales de México, la oficialista Claudia Sheinbaum y los opositores Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, ofrecieron este domingo un áspero segundo debate en el que sobresalieron las acusación mutuas de formar parte de «narcopartidos”.
Las favoritas, Sheinbaum y Gálvez, intercambiaron golpes directos y dejaron atrás la frialdad y rigidez de su primer cara a cara en el marco de la campaña electoral para las elecciones presidenciales del 2 de junio.
La opositora Gálvez arrancó con un ataque frontal contra Sheinbaum y sacó a colación la ola de violencia que vive México vinculada al crimen organizado y las bandas narcotraficantes pese a que los ejes de la conversación eran de carácter económico
«Los delincuentes ya tienen partido. (El gobernante Movimiento de Regeneración Nacional) Morena se ha convertido en un narcopartido», aseguró.
«Se acabaron los abrazos a los delincuentes», agregó la opositora en referencia al lema de «abrazos y no balazos» utilizado por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, para definir su política de seguridad que busca apuntar a las causas de la violencia y no la represión
Sheinbaum replicó rápidamente al indicar que el «único narcogobierno que ha existido declarado es el del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) del Partido de Acción Nacional (PAN)», partido que forma parte de la coalición liderada por Gálvez.
Las «mentiras» de Sheinbaum y el agua contaminada
Ante la amplia ventaja que muestra Sheinbaum en las encuestas, Gálvez decidió insistir en las críticas a la oficialista por su falta de independencia y la acusó estar controlada por López Obrador, quien llegó al poder en 2018 y dejará el cargo en octubre.
«Claudia es la candidata de las mentiras», afirmó la opositora.
En este sentido, aprovechó la actual polémica por la mala calidad del agua en Ciudad de México y sacó un frasco del líquido contaminado y desafió a Sheinbaum a que tomase un trago.
«Yo le pediría que se tome esta agua», afirmó Gálvez ante lo que Sheinbaum optó por el silencio y evitar la confrontación.
La candidata del PRIAN y una Xóchitl sin nombre
Por su parte, y durante todo el debate, Sheinbaum evitó referirse a su rival por su nombre y se limitó a dirigirse a ella como la «candidata del PRIAN», en referencia a la suma de los partidos tradicionales mexicanos el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PAN.
«Les dije que iba a haber calumnias: honestidad», afirmó Sheinbaum.
La exjefa de Gobierno de Ciudad de México insistió en los logros del presidente López Obrador y prometió continuar en la agenda del actual mandatario.
«Antes se apoyaba a los de arriba. Ahora se apoya a los de abajo (…) El neoliberalismo fracasó», agregó.
Tercer candidato casi desapercibido
Aunque los candidatos son tres, el cara a cara acabó siendo una confrontación casi exclusiva entre Sheinbaum y Gálvez, ya que el tercer aspirante, Álvarez Máynez, del opositor Movimiento Ciudadano, pasó casi desapercibido.
Apenas logró incluir referencias a un país multicultural en el que «el español no es la única lengua» y donde las energías renovables deberían ser claves para el desarrollo económico del país.
Aunque los candidatos son tres, el cara a cara acabó siendo una confrontación casi exclusiva entre Sheinbaum y Gálvez, ya que el tercer aspirante, Álvarez Máynez, del opositor Movimiento Ciudadano, pasó casi desapercibido.
Apenas logró incluir referencias a un país multicultural en el que «el español no es la única lengua» y donde las energías renovables deberían ser claves para el desarrollo económico del país.
Acabó su intervención leyendo una lista de deseos y peticiones políticas de su hijo de cinco años.