El Salvador sigue apostando por la reinserción social dentro de su sistema penitenciario, solo en 2024, más de 21,500 privados de libertad fueron capacitados en distintos oficios, permitiéndoles integrarse en actividades productivas mientras cumplen su condena.
Los reclusos en fase de confianza del Plan Cero Ocio trabajan en talleres operativos las 24 horas del día, donde fabrican hasta 600,000 prendas textiles al mes, incluyendo uniformes médicos, escolares y militares. Además, producen mobiliario para escuelas y centros de primera infancia, reparan vehículos policiales y del sistema de salud, y participan en proyectos agrícolas que buscan la autosostenibilidad del sistema carcelario.
Fuera de las cárceles, más de 6,000 internos contribuyen a la construcción de infraestructura pública, como hospitales, delegaciones policiales y viviendas. Próximamente, un nuevo taller de zapatería permitirá que 6,300 reos produzcan 150,000 pares de zapatos al mes para estudiantes, bomberos y custodios.
El gobierno destaca este modelo penitenciario como un ejemplo de orden y productividad, con el objetivo de brindar a los reclusos una segunda oportunidad y contribuir al desarrollo del país.