La agresión física al árbitro Halil Umut Meler durante un partido en Turquía por parte del, en ese entonces, presidente del Ankaragücü, Faruk Koca, provocó una absoluta conmoción en el fútbol de ese país hasta el punto de suspender la actividad. Ese parate duró algunos días porque la reanudación del campeonato fue este martes, pero la polémica volvió a instalarse en uno de los tres partidos que abrieron la fecha 17.
El escándalo tuvo lugar a los 73 minutos del cruce disputado entre Istanbulspor y Trabzonspor, que ganaba éste último por 2-1 en la casa del colista del campeonato, Necmi̇ Kadioğlu Sports Complex. El presidente del anfitrión ingresó al campo de juego para pedirles a sus propios jugadores que se retiren de la cancha en disconformidad a las decisiones del juez principal, Ali Şansalan.
El enojo de la dirigencia local tuvo su epicentro después del segundo gol de la visita anotado por el delantero nigeriano Paul Onuachu. Los intérpretes del Istanbulspor se concentraron en la figura de Şansalan, lo rodearon y le protestaron la existencia de un supuesto penal no cobrado por falta de Batista Mendy a Florian Loshaj. De esa posible infracción, llegó la jugada del 2-1. El VAR revisó la acción y le dio la derecha al árbitro de campo luego de tres minutos de revisión.
Tras ese cobro, el mandamás Ecmel Sarialioglu exteriorizó su enfado con el cuerpo arbitral. Esta persona ingresó al campo de juego y les empezó a ordenar a sus futbolistas para que se vayan a los vestuarios con efecto inmediato. La actitud no era compartida por los protagonistas, quienes le pidieron continuar en la cancha. Incluso, Simon Deli le suplicó de rodillas. Además, el dirigente del Trabzonspor, Ertugrul Dogan, dialogó con Sarialioglu en el mismo sentido, pero nada lo hizo cambiar de opinión. El compromiso se frenó por 14 minutos y, finalmente, se optó por la suspensión.
Los hinchas del Istanbulspor aplaudieron la decisión de su presidente, a pesar de las graves consecuencias que acarrea para el último de la Superliga de Turquía. Tiene ocho puntos, está a seis unidades de esquivar el descenso y ese panorama empeoraría en las próximas horas. Las Instrucciones de Competición de Fútbol de la Federación Turca de Fútbol indican que retirarse del césped implica darle el partido por perdido sumado a una quita de tres puntos. De repetirse el accionar durante esta temporada, descenderá a la liga inferior.
Además, el vicepresidente del club, Ömer Saral, emitió un escueto mensaje en su cuenta personal de Twitter tras la exigencia a los jugadores: “Cueste lo que cueste”. La suspensión del encuentro sucede en medio del pedido de renuncia a Mehmet Büyükekşi, presidente de la Federación, por parte de la mayoría de los clubes de Primera División por distintos errores arbitrales.
El singular evento ocurre a escasas jornadas de los golpes recibidos por Halil Umut Meler, que obligaron a su hospitalización por un sangrado alrededor del ojo izquierdo y una pequeña fisura. “Su pronóstico vital no está comprometido”, precisó el doctor Mehmet Yörübulut. Su victimario renunció a la presidencia del Ankaragücü y fue suspendido de por vida para desempeñarse en cualquier actividad vinculada al fútbol.
La Asociación Turca de Árbitros denunció una “noche negra” para el fútbol de este país después de esa agresión y escribió en un comunicado: “Creemos, o queremos creer que los responsables del fútbol turco y de la justicia turca tomarán todas las medidas penales necesarias”.
Los líderes del certamen son Fenerbahce y el Galatasaray de Mauro Icardi. Ambos tienen 40 puntos junto a una amplia ventaja frente a sus escoltas, Kayserispor (29) y Trabzonspor (26). En la zona roja, Samsunspor, Alanyaspor, Pendikspor y Istanbulspor estarían bajando de categoría.
