Mientras intentaban alejarlo por el temor a que lo lastimara, Coqui, la mascota de la casa, fue el primero en recibir a Rubén Batres, quien no ocultó su amplia sonrisa al llegar a su hogar.
«Primero darle gracias a Dios por estar aquí, para mí es una gran alegría compartir aquí en nuestra casa», dijo Batres, quien agregó que «ojalá, primeramente Dios, siga la recuperación a lo máximo, ya con las terapias, pues eso me va a ayudar de muchas maneras».
Al bajar de su lancha, Saga, conducida por su hermano Walter, quien lo trasladó desde Puerto Parada hacia La Pirraya, el jugador fue recibido por amigos y familiares, quienes también lo visitaron en su casa.
«Hoy que estoy lesionado de mi espalda, la gente ha venido a verme, a saludarme y preguntarme cómo he seguido, pero bueno, agradecerles no solo a ellos sino también al pueblo salvadoreño que está pendiente de mi persona», dijo el jugador.
El jugador también agradeció a Yamil Bukele, presidente ad honórem del INDES, así como a todo el personal de la institución, pero en especial a quienes laboran en el Hotel Polideportivo, quienes considera que lo trataron como un rey.
«Estoy muy agradecido, hay que seguirle dando muchos logros al país y también a mi familia», dijo el pívot, quien destacó que «siempre mi ilusión es estar en la azul y blanco, por eso trabajo, para hacer las cosas bien y es el objetivo, recuperarme pronto y seguir con el grupo».
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