El Real Madrid se complicó en el Estadio Alfredo Di Stéfano. Aunque trató de recomponer el camino, el cuadro merengue igualó 1-1 en la ida de la semifinal de la Champions League y dejó en el aire su boleto a la definición del torneo.
Real Madrid pareció confuso en su defensa con el 3-5-2, los jóvenes y atléticos chicos de azul los hicieron ver mal, el ataque se hizo espeso y la lluvia no ayudó, pero la respuesta a ese y a todos los problemas de los de blanco es siempre Karim Benzema. No importa cuándo lo leas.
Los primeros 15 minutos eran de no creer: Chelsea dueño del campo, de la pelota, de la iniciativa y de la opción de gol más clara a los 9 minutos, esa espectacular llegada de Pulisic, sirviendo de cabeza la pelota para que entrara Werner, pero Courtois, con sus kilométricas piernas, salvaba su arco de manera increíble.
Era una obviedad decir que merecía la ventaja el equipo inglés y lo sabía el buen Pulisic, quien apareció a espalda de los centrales y a pura velocidad los dejó a medio camino (mal de siempre del Madrid) para enfilar hacia Courtois y esta vez, en vez de superarlo, sacarlo a pasea hasta encontrar el ángulo y meter la pelota arriba, lejos del alcance de todos los de blanco que llegaban… tarde.
El zurdazo de Benzema que rebeldemente se estrellaba contra el palo a los 22 era el primer asomo de rebeldía de un Madrid anestesiado.
Llovía a cántaros y no parecía reaccionar el local, pero a veces es que así se le da mejor: un cambio de frente Marcelo llegó a la cabeza de Casemiro y de allí fue rebotando hasta quedarle a Benzema, quien metió un riflazo casi desde el suelo inatajable para Mendy. Así, todo tan Real Madrid, el local empataba el juego 1-1 casi sin merecerlo.
Pero llovía tanto y tan fuerte que no era fácil asociarse y así se perdían las aproximaciones de Vinicius, algún remate de Modric, algo más de Kroos, esta vez no tan claro como es usual. Por Chelsea volvían a intentar Pulisic, Chilweel y al fin Werner, con un remate afuera a los 40, justo antes del pitazo.
Habrá sido el frío, la ropa empapada, el cansancio o todo junto, pero de eso tan bueno, tan vertiginoso, tan ambicioso del primer episodio hubo poco en el complemento.
Un par de intentos más de Benzema, un tiro libre sin destino de Kroos, nada de la consabida velocidad de Vinicius, quien se iba para darle paso a Hazard (¡Sí! ¡Jugó Hazard!) en el local, mientras se iba fundiendo el espíritu de Pulisic y Werner y tenían que ingresar Ziyech y Havertz en el visitante.
Quería ganarlo el Madrid y entraba también Asensio por Marcelo -a quien nunca le quedó muy claro si iba a ser defensor o mediocampista en el 3-5-2- pero el tiempo se iba sin contactos entre Kroos, Modric y los otros de camiseta blanca, los cambios no darían ningún resultado y al final la más clara era un cabezazo del defensor Varane-
Y así, bajo la lluvia que nunca se fue, la noche se iba pintando de azul… porque se llevaba Chelsea un punto, un gol visitante (que no es poco en una llave directa) y la confianza de cerrar en Stamford Bridge la próxima semana, para dar el batacazo de la Champions y enfilar hacia la final. ¿Real Madrid? Ha dicho tano y tan claramente que el traje que mejor le queda es el de la Champions, que todo puede pasar en la vuelta. Después de todo, juega Benzema.
Obligados a ganar en Londres
Para llegar a la final de la Champions League, los blancos quedaron obligados a conseguir el triunfo como visitantes o a forzar el alargue con un empate en los 90 minutos. Por ahora, el Chelsea tiene en sus manos el pase y la eliminación de uno de los gigantes de Europa.
Karim Benzema se convirtió en el cuarto mejor goleador histórico en la Champions con su gol de hoy ante el Chelsea. La tabla de romperredes quedó definida de la siguiente manera:
Cristiano Ronaldo 135
Lionel Messi 120
Robert Lewandowski 73
Karim Benzema 71
Raúl González 71