A nueve días de su inicio, la Liga española está pendiente de la justicia por el litigio entre el campeonato y la federación de fútbol (RFEF) por los partidos en viernes y lunes, con los millonarios derechos televisivos de fondo.
La pugna llegó este miércoles a un juzgado de lo mercantil en Madrid, cuyo titular tiene cinco días para decidir sobre si permite comenzar el campeonato con los horarios previstos, incluyendo jornadas en viernes y lunes.
La vista se produce después de que la jueza única de Competición, respondiendo a un recurso de la RFEF de la que depende, decretara que no puede haber partidos de Liga en viernes y lunes, obligando a modificar los horarios de las tres primeras jornadas, las únicas que ya estaban fijadas.
De esta manera, el partido inaugural de la nueva campaña entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao previsto para el viernes 16 de agosto, pasó al sábado 17.
LaLiga, que mantiene ese partido en viernes en su página web oficial, acudió a la justicia para solicitar una medida cautelar que paralice esta decisión de la juez de Competición y mantenga los horarios iniciales, a la espera de que la justicia se pronuncie sobre quién puede decidir los horarios ligueros.
LaLiga insistió este miércoles ante el juez en que es su competencia fijar fechas y horarios del campeonato, mientras que la RFEF asegura que puede fijar los horarios pero no el día de disputa de las jornadas, que es atribución suya.
En el fondo laten los millonarios derechos televisivos, con contratos ya firmados por más de 2.000 millones de euros, según LaLiga, que acusó este miércoles a la RFEF de introducir «una distorsión en el mercado».
Según esta misma entidad, que organiza el campeonato doméstico español, la RFEF estaría dispuesta a aceptar partidos fuera del fin de semana a cambio del «pago de 30 millones» de euros.
La Federación «es un competidor que con su posición de dominio interfiere en el proceso de comercialización» de esos derechos, denunció LaLiga, que insistió en que la modificación de los horarios puede llevar a incumplimientos de contratos ya firmados «con consecuencias imprevisibles».
«Los operadores empezarían a negociar un 30% a la baja», alertó el presidente de la productora Mediapro, Jaume Roures, que detenta algunos derechos televisivos y fue presentado como testigo por LaLiga.
No jugar viernes y lunes, tal como estipulan ya los contratos firmados, «tendría consecuencias económicas muy importantes», añadió Roures, ya que los operadores de televisión podrían pagar menos, reclamar daños por incumplimiento de contrato, etc.
La Federación, por su parte, recordó que el anterior convenio con la Liga que permitía partidos en viernes y lunes caducó en junio y en el actual no se contempla esa posibilidad.
Además añadió que ofreció mantener los viernes e ir reduciendo los lunes, al tiempo que apuntaba a cobrar «un 10% del valor que LaLiga obtenga por los lunes y los viernes», recordando que LaLiga sólo quería mantener la contraprestación que había hasta ahora por esos encuentros (unos tres millones de euros) con un ligero incremento.
«LaLiga se ha negado sistemáticamente a explicarnos el valor de los lunes y los viernes», afirmó el secretario general de la RFEF, Andreu Camps, presentado como testigo, asegurando que el campeonato español afirmó que «o aceptábamos lo que había con un 25% más, o iban a los tribunales».
Además, la Federación negó que amenazara con no enviar árbitros a esos partidos de viernes y lunes, si LaLiga seguía adelante, como se llegó a publicar, o que vaya a desobedecer al tribunal si éste decide que hay que mantener los horarios iniciales.
El juez deberá ahora decidir si decreta la cautelar, con lo que la Liga empezaría el 16 de agosto o si no lo hace, lo que, en principio, debería llevar el inicio del campeonato al sábado 17.