Rafa Nadal se coronó por octava vez en Roma, en un partido muy disputado frente a Alexander Zverev (6-1, 1-6 y 6-3) y recuperó así el número uno del mundo.
El balear empezó muy fuerte pero la reacción de Zverev casi termina en remontada. La interrupción por la lluvia dio tregua a Rafa cuando estaba al borde del KO y en la reanudación fue de nuevo imparable.
El primer set fue un auténtico paseo para Nadal. Aunque el manacorí perdió su servicio en el primer juego, con un Zverev que parecía salir muy enchufado, los demás juegos de la manga fueron otra historia. Nadal encadenó seis consecutivos para endosar un 6-1 al alemán, que no encontraba su sitio en la final.
Remontada de Zverev
Todo parecía indicar que sería un nuevo paseo de Rafa, como lo ha hecho en tantas ocasiones en las 78 finales que ha ganado a nivel individual en su carrera, pero Zverev decidió que no fuera así. El tenista germano sacó a relucir sus mejores golpes dominando desde el fondo y si en la primera manga no pudo sumar ningún juego con su saque, en esta segunda empezó castigando a Nadal con la misma medicina.
Zverev se sitió con un claro 5-0 que fue irremontable para el manacorí, que sólo pudo maquillar el resultado y vio como el joven alemán le devolvía el 6-1.
Las sensaciones no eran buenas para Nadal y los malos presagios se confirmaron en el primer juego del tercer set. A la tercera bola de ‘break’ que dispuso, Zverev no perdonó y tomó la iniciativa en el partido.
A partir de aquí, intervino un tercer protagonista; la lluvia, pero ésta sería la mejor aliada para Nadal.
La lluvia, gran aliada
Se paró el encuentro en dos ocasiones cuando peor lo pasaba Rafa; primero durante diez minutos con 3-1 y servicio para Nadal y después durante casi una hora con 3-2 y servicio para el germano.
En la reanudación, el balear sabía de la peligrosidad de no salir al 100% como le pasó en el inicio del encuentro y no dio opción a Zverev , mostrándose muy autoritario para romper dos veces el servicio del alemán y encarrilar así su octavo título en Roma.
De esta forma, Zverev cede la corona que consiguió el año pasado a Nadal, que vuelve a ser número uno sólo una semana después de perderlo y llegará a Roland Garros como líder del ránking ATP.