Se merecía Maverick Viñales una victoria y la consiguió en el GP de Malasia, sólo una semana después de acabar en el suelo en Australia por no conformarse con la segunda plaza, por detrás de Marc Márquez.
Fue precisamente el campeón el que cruzó la meta segundo en Sepang, lo que en su caso fue un logro digno de celebración, porque salía undécimo. El tercero del podio también tenía motivos para estar contento, porque Dovizioso supo contener el empuje de Rossi, que lo intentó con todas sus fuerzas, pero se tuvo que conformar con el cuarto, a tres décimas de su compatriota, las mismas que le sacó él a Rins, quinto finalmente tras oler de cerca el cajón.
Lo más llamativo de la carrera fue la súper salida que realizó Marc. Sólo unos minutos después de celebrar el título de su hermano Álex en Moto2, al que fue a abrazar a la pista como un miembro más de su club de fans. Compareció después a la parrilla de MotoGP dispuesto a lograr como fuera mantener esa secuencia de primeros y segundos puestos que lleva desde que se cayera en Texas. Con el malayo, son ya 17 podios de 18 posibles los que suma esta temporada el del Repsol Honda. Los últimos 15 han sido de manera consecutiva y en todos ellos fue primero (11) o segundo (6).
Salió por tanto escopetado el campeón hacia una remontada que certificó muy rápido. Arrancó veloz, apostando por el interior en la primera curva y a la salida de la segunda ya era sexto. Pero no se conformó con ese buen inicio y, antes del primer paso por meta, ya era segundo. Alcanzó esa plaza superando a Miller en la curva de entrada a meta, con toque de carenado con el australiano después de ganarle la posición.
Maverick, por parte, también salió bien, porque conservó al paso del primer parcial la segunda plaza que ya ocupaba en la parrilla. Y eso es muy bueno para él. En Australia le penalizó que, saliendo desde la pole, quedó relegado hasta la sexta plaza en los primeros compases, y el resto de la historia ya se conoce.
En Malasia, en cambio, Mack no dio ninguna opción a Marc camino de su reencuentro con la senda de la victoria, la que no pisaba desde finales de junio, en Assen. Nunca permitió que se acercara del todo a su rueda y hacía buena la ventaja de segundo y medio que llevaba hasta que, en la duodécima vuelta, se disparó la diferencia hasta los dos segundos. A favor del de Yamaha jugaba que había apostado por el neumático medio trasero, mientras que la Honda de su rival montaba el blando. Al final, ventaja en la meta para el de Roses (Gerona) de tres segundos y un paso más para ganarle a Rins la pelea por la tercera plaza de la general, porque ahora le mete siete puntos con sólo la carrera de Valencia por delante.
Mención especial merece, por lo negativo en esta ocasión, la actuación de Quartararo. El novato del año había firmado el sábado una pole supersónica, que cambió a las primeras de cambio por la sexta plaza, para ser finalmente séptimo en meta, superado también por su compañero Morbidelli. Le penalizó una mala salida y problemas con el freno delantero, pérdida de presión, según dijo. Con el que sí pudo Fabio fue con Miller, que acabó a 4.3 de él, tras un duro día en la oficina porque, además del toquecito de Marc, recibió otro más contundente en la última frenada de Rins, lo que supuso la pérdida del ala derecha para la Suzuki.
El que no pudo acabar la carrera fue Zarco, y resultó una lástima, porque era noveno en su segunda carrera con la Honda de Nakagami cuando se fue al suelo. Mir tuvo algo que ver en su caída, porque iba por dentro cuando el galo se cayó tras tocarle y sancionaron al balear con una long lap penalty (vuelta larga de castigo). Sin embargo, después se supo que no fue culpa suya, porque Johann fue al box de Joan a pedirle disculpas, y le dijo que no le había visto. Pese a la sanción, el de Suzuki consiguió cerrar las diez primeras plazas, justo por delante de Pol. Más atrás acabaron Aleix 13º y Lorenzo 14º.