Los Denver Nuggets conservaron el factor cancha tras llevarse por 103-108 un nuevo partido con final apretado frente a Los Angeles Lakers y poner el 2-0 en la final del Oeste. La franquicia de Colorado se apoyó en los 37 puntos y 10 rebotes de un Jamal Murray que estaba haciendo un partido mediocre (14 puntos tras meter solo 5 de sus 17 tiros en los tres primeros cuartos) pero que despertó en el último parcial con 23 tantos y un espectacular 6 de 7 en lanzamientos de campo para desesperar a los angelinos, que habían dominado hasta ese momento.
Por su parte, Jokic firmó un nuevo triple doble con 23 puntos, 17 rebotes y 12 asistencias, adornadas con 3 robos de balón. Michael Porter Jr. sumó 16 tantos y 7 rechaces y Bruce Brown aportó 12.
En los Lakers, LeBron James también rozó el triple doble (22 tantos, 9 rebotes y 10 asistencias, alcanzando además las 2.000 en los ‘play off’) a pesar de su 0 de 6 en triples, Austin Reaves aportó otros 22 puntos y Hachimura colaboró con 21, pero los angelinos pagaron la mala noche de Anthony Davis que, aunque terminó con unos guarismos aceptables (18 tantos, 14 rebotes y 4 tapones) y estuvo bien en defensa, firmó un decepcionante 4 de 15 en tiros. De hecho, exceptuando a Reaves (5 de 9), los Lakers tuvieron una actuación muy pobre desde más allá del arco, con un 3 de 21.
El partido arrancó con ambos equipos muy igualados. Bien porque los Lakers tomaron nota de sus errores en el primer partido, o porque Denver no fue capaz de mantener el magnífico acierto y juego combinativo del pasado martes, el equilibrio fue la tónica dominante del primer cuarto, que se cerró con un 27-27 que daba buena imagen de lo ajustado que estaba todo. Este periodo dejó una imagen fuera de lo común en la NBA, y es que ambos equipos estuvieron inusualmente protestones, recriminando a los árbitros cada una de sus decisiones.
También fue llamativa la falta flagrante que le señalaron a D’Angelo Russell tras defender con dureza pero sin mala intención una penetración al contraataque de Murray. Los árbitros revisaron la jugada en vídeo y, pese a que no pareció que la jugada lo mereciera, terminaron pitando la flagrante contra el dorsal 1 de los angelinos.
El segundo cuarto fue muy diferente al primero, con dos partes claramente separadas. El arranque tuvo color púrpura y oro, con un 20-9 de salida que puso el 47-36 en el luminoso. Este buen parcial de los Lakers tuvo el nombre y el apellido de Rui Hachimura. El japonés entró desde el banquillo con un espectacular 7/7 -y 2/2 en tiros libres- para firmar unos notables 17 puntos al descanso. Sin embargo, cuando el nipón se sentó, dio inicio una catarata de errores de los Lakers, que fallaron 10 tiros seguidos y permitieron que Denver se acercara a un solo punto (49-48). Al descanso se llegó con un 53-48 tras un último arreón de los angelinos (17 de 41 en tiros), que ganaron el cuarto 26-21.
Los de Los Ángeles repartieron mucho más su ataque, con Hachimura siendo el único jugador del equipo en superar los 10 puntos. LeBron se quedó en 10 con 5 rebotes y 5 asistencias, mientras que Davis contaba 7 puntos pero un deprimente 1 de 6 en lanzamientos de campo y Reaves sumaba 9 puntos a pesar de su 3 de 10 en tiros. En el otro bando, Denver (19 de 47) se fiaba de su dupla mágica, con Jokic rozando ya el doble doble con 16 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias y 6 de 10 en tiros, y Murray con 10 puntos y 5 asistencias, pero con un preocupante 3 de 13.
El tercer cuarto discurrió por unos derroteros similares al primero. Los 9 minutos iniciales fueron un intercambio de canastas por parte de ambos equipos, con las ventajas de los Lakers oscilando entre los 6 y los 11 puntos, pero sin que ninguno de los dos conjuntos fuera descaradamente a por el partido. Un nuevo apagón de los angelinos en ataque propició entonces un parcial de 10-0 para Denver que puso el 74-74 en el luminoso, pero los locales se secaron antes de llegar a ponerse por delante y los Lakers terminaron el cuarto por delante 79-76 después de que los árbitros señalizaran un goaltending a Anthony Davis al taponar un palmeo de Jokic sobre la bocina.
Sin embargo, lo peor no había llegado para los californianos. Denver arrancó el último parcial con un tremendo 5-20 que, acumulado al final de tercero, suponía un parcial de 10-32 y que ponía el marcador 84-96, llevado en volandas por el despertar de Jamal Murray. El base de los Nuggets destapó el tarro de las esencias y, tras haber dormitado durante tres cuartos (14 puntos y 5 de 17 en tiros), arrasó con los angelinos con 23 tantos. Los Lakers tiraron de casta y forzaron un parcial de 12-2 para dejar el luminoso en un final muy apretado (99-101)