A pesar de no haber sido premiado por la revista France Football durante los años en los que claramente había sido el mejor jugador de la temporada (1986, 1987 y 1990, entre otros), Diego Armando Maradona fue poseedor de un Balón de Oro. Aunque lo más exótico de todo esto fue el destino final que tuvo el galardón tras ser robado de un banco italiano.
No fue la prestigiosa revista francesa la que se lo otorgó, ya que hasta 1995 tenía como normativa premiar solamente a futbolistas europeos. El argentino había recibido un trofeo de parte de la FIFA al mejor jugador del Mundial de México 1986 imponiéndose al portero alemán Harald Schumacher y el delantero danés Preben Elkjaer Larsen.
Tras alzarse con la Copa del Mundo, la estrella del Napoli se dirigió a Italia con el premio individual en su poder sin imaginar lo que iba a terminar sucediendo con él.
Tres años después, para 1989, Diego Maradona era prácticamente el rey de la ciudad. Sin embargo, no quedó exento de la inseguridad que se vivía en Nápoles y fue víctima de un robo que se produjo dentro del Banco della Provincia.
Fue en aquel año cuando un grupo de delincuentes se apoderó de una gran cantidad de objetos valiosos entre los que figuraban varios relojes de lujo y el único Balón de Oro que el Pelusa había puesto bajo resguardo.
Automáticamente, el campeón mundial movió contactos y se comunicó con uno de los líderes de la mafia napolitana, Salvatore Lo Russo, para que lo ayudara a recuperar lo que había perdido en el atraco. Así se lo reconoció Lo Russo a los fiscales de la DDA de Nápoles (Dirección de Investigación Antimafia) Sergio Amato y Enrica Parascandolo en 2010 tras su detención, según el relato que publicó el diario italiano Corriere della Sera.
“Me hice muy amigo de Diego Maradona. A menudo visitaba mi casa porque decía que se sentía bien en mi compañía y sólo en un par de ocasiones me preguntó si podía conseguirle cocaína para uso personal”, detalló el líder del clan “Capitoni” según replicó el medio local Ilmattino en 2010.
“Hice que Maradona recuperara los relojes a través de ”Peppe ‘o biondo»que los encontró en Picuozzi (los hombres del clan Mariano) en los barrios españoles».
Cuando se le consultó acerca del Balón de Oro mundialista de 1986, el italiano reveló que había sido derretido: “No fue posible recuperarlo porque ya lo habían derretido. También envié al lugar una suma de 15 millones de liras, pero me las devolvieron porque el trofeo ya se había ido. También recuerdo que entre los relojes que me enviaron había uno que no pertenecía a Maradona”. El astro argentino terminó rechazando el reloj tras confirmar que no era el que le habían robado.