Tras completar con éxito su rotación desde el Campo Base a los campamentos 1, 2 y 3 del Monte Everest, la montañista salvadoreña Alfa Karina Arrué bajó a la aldea Namche Bazar para descansar, recuperar fuerzas y prepararse para, en los próximos días, atacar la cima del Techo del Mundo.
Desde Namche Bazar, Arrué se tomó unos minutos para hablar sobre lo que vivió durante la rotación, las dificultades que afrontó y agradecer a todos los salvadoreños que han estado pendiente de su travesía.
-¿Cómo se siente tras la rotación a los diferentes campamentos del Monte Everest?
Me siento muy bien, me siento fuerte, agradecida con mi cuerpo por sobrellevar esta prueba tan difícil; ya que la primera prueba fue atravesar Khumbu, gracias a Dios lo atravesamos sin accidentes y no hubo derrumbes. Llegamos al campamento 1 que está a 6,000 msnm y casi en la última parte de Khumbu, por lo que hay mucha inestabilidad y ya no había baño, así que nos tocó ir a una grieta, pero en las dos noches que estuvimos ahí no hubo problemas. Luego, para llegar al campamento 2, pasamos por el Valle del Silencio que es una colina preciosa, blanca, pero es una trampa mortal, porque son cientos de grietas cubiertas de nieve, entonces uno no puede salirse del camino marcado por los sherpas, que no es más de 50 cm de ancho y eso exige mucha concentración. Luego llegamos al campamento 2, que está a 6,500 msnm, permanecer ahí tiene el objetivo de que uno adapte su cuerpo al poco oxígeno que hay, estamos solo con el 40%, y a acostumbrarse a que el cuerpo ya no se repone, uno se acuesta cansado y amanece igual, porque el cuerpo lucha por sobrevivir. Ahí se fuerza el cuerpo al límite. Luego escalamos la pared de Lhotse, que mide 1,200 metros, para llegar al campamento 1 y de ahí regresamos. En el campamento 1 no se duerme porque las condiciones del clima son durísimas, son extremas, hay una inclinación de 60°, entonces es súper peligroso y es muy riesgoso por estar cerca de la zona de la muerte. Ahí solo se duerme cuando se ataca la cumbre, ya que son 7,100 msnm.
-¿Cuál es el objetivo de la rotación?
Es una prueba muy dura, se hace para que el cuerpo se vaya fortaleciendo y para evitar que cuando se ataque la cumbre del Everest no se sufra un edema pulmonar o cerebral, entonces se fuerza el cuerpo al límite para que se acostumbre a estas condiciones.
-Durante la rotación ¿qué fue lo más difícil que vivió?
Una de las pruebas más difíciles fue atravesar Khumbu de ida y vuelta, porque es un lugar inestable y con tanto peligro que, psicológica y mentalmente, es una prueba durísima, por lo que uno debe estar con todos sus sentidos alertas por cualquier cosa, si hay un derrumbe, una avalancha, si una escalera se cae o si un seguro no funciona. Lo otro más difícil es sobrevivir tantos días en el campamento 2, porque no se puede dormir bien y estuve mal del estómago por la falta de oxígeno. Creo que es una prueba mental grandísima, porque el cuerpo está sometido al límite.
-A comparación del año pasado ¿cómo puede catalogar las condiciones climáticas qué hay en el monte Everest?
Hay una gran diferencia, porque el año pasado hicimos la rotación con tormenta, recuerdo que eran tormentas grandes y tuvimos que esperar a que las condiciones del clima fueran mejorando. Ahora tenemos las condiciones normales de un 8,000; porque incluso hubo dos noches en el campamento 2 que fueron muy durísimas, en una estuvimos a -30 grados bajo cero, todo estaba congelado dentro de las tiendas; incluso el reloj con GPS que llevaba se descargó debido a las condiciones del clima. Pero, en comparación al año pasado, el clima está muchísimo mejor, es más estable, no hemos sufrido tormentas, pero si hemos tenido nevadas. Es más, el día que bajamos al campo base, yo quería llorar del dolor que sentía en las manos, porque el frío había atravesado los tres pares de guantes que tenía puestos, pero gracias a Dios salió el sol y el clima mejoró. Pero si hay un gran cambio en el clima y eso nos da esperanza de que la ventana de buen clima suceda pronto.
-¿Para cuándo se tiene prevista la primera ventana de buen clima?
Los encargados están planeando ir a terminar de fijar las cuerdas a partir del lunes 9; pero todavía no nos han dado fecha exacta para salir rumbo a la cumbre, estamos a la espera, yo mañana (hoy) regreso a campo base y espero que ahí nos den los informes oficiales. Hay que recordar que acá, para que sea un informe más confiable, debe ser de no más de tres días. Se espera que, no más allá del 15 de mayo, podamos estar en el ataque de la cumbre.
¿Cuál fue la razón de regresar a Namche Bazar?
Namche Bazar ha sido una gran ayuda, porque desde que bajamos del Campo Base sentimos una gran diferencia al momento de respirar, hemos comido bien, he podido bañarme con agua caliente y he descansado muy bien, ya que, a una mayor altura, uno no puede dormir dos noches consecutivas, pero acá sí lo he hecho y ha sido un gran alivio para mi cuerpo. Entonces esto me dará mucha fortaleza ya que mañana (hoy) vuelvo al Campo Base y anímicamente me siento bien, estoy con los ánimos arriba, estamos optimistas y físicamente me siento muy fuerte; así que voy con todo.
-¿Algún mensaje para todos los salvadoreños que están pendientes de usted?
Agradecer el apoyo de todos los que están pendiente de mí, agradecer las oraciones, porque sé que muchos están orando y siento esas oraciones, y tengo la certeza que han evitado accidentes graves. Quiero que sepan que estoy dando todo para que esta travesía resulte bien, hay momentos que tengo mucho miedo, pero pienso en las niñas y mujeres de mi país, y recuerdo que todo esto lo hago por ellas. Todo el país va en mi mochila y esa bandera estará en la cumbre en nombre de todos.