A casi 48 horas de lo que sucedió en el Estadio Maracaná durante la previa al inicio del partido entre Brasil y Argentina por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, se conoció que en los próximos días la Comisión Disciplinaria de la FIFA abrirá una investigación sobre el violento accionar de la Policía Militar en las tribunas contra los aficionados albicelestes.
Según informó ESPN, “la FIFA está a la espera de la entrega del informe” del encuentro, el cual todavía no fue enviado a las oficinas de la entidad, pero que pronto estará en manos de los responsables quienes tomarán una decisión. Con el documento en su poder, firmado por el árbitro chileno que impartió justicia, Piero Maza, la Comisión Disciplinaria evaluará lo sucedido y comunicará oficialmente las sanciones.
Lo cierto es que todo parece indicar que la FIFA apuntará contra la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) como responsable, a pesar de haber delegado la organización del Superclásico de las Américas. Las sanciones pueden ir desde una multa económica, hasta la quita de puntos, afirmó el periódico brasileño O’Globo.
El medio en cuestión detalló que el ente regulador del fútbol mundial podría basarse en el artículo 17 del Código Disciplinario (versión 2023) para accionar, considerando que la CBF es la única responsable de la seguridad del juego tanto dentro como en los alrededores del estadio y antes, durante y después del partido.
“Las federaciones y los clubes que jueguen como locales serán responsables del orden y la seguridad en los estadios y en sus inmediaciones antes, durante y después de los partidos […] y se les podrán imponer medidas disciplinarias y directivas, salvo que puedan demostrar que no ha habido negligencia por su parte al organizar el partido”, se puede leer en dicho apartado.
El inicio del encuentro se retrasó casi 30 minutos debido a la violenta represión de la policía contra los aficionados argentinos en las gradas. O’Globo recordó un hecho similar que ocurrió hace dos años en un duelo clasificatorio para el Mundial de Qatar 2022 entre Polonia y Albania. Aquel enfrentamiento también se vio interrumpido durante media hora después de que los hinchas albaneses arrojaran objetos al terreno de juego. Al igual que lo que pasó con los jugadores argentinos, los polacos también se retiraron del campo y luego regresaron cuando la situación se normalizó: la FIFA castigó a la Federación Albanesa con un partido de local sin público y una multa económica de 170 mil dólares.
Sin embargo, el medio brasileño informó que, además de una sanción económica, Brasil se enfrenta a una posible reducción de puntos y, en el peor de los casos, “la expulsión de las competiciones”. A su vez, remarcó que no hay una fecha límite para el anuncio de la decisión que tomará la FIFA.
Vale recordar que, en las primeras horas posteriores al triunfo de Argentina por 1-0, la CBF lanzó un comunicado oficial en el que se desligó de las responsabilidades.
“Los planes de acción y seguridad fueron aprobados sin reservas ni recomendaciones por parte de las autoridades de seguridad pública presentes (Policía Militar de RJ, SEPOL, Ministerio Público, Cancha de Fanáticos, Guardia Municipal, CET-RIO, Subprefectura, Concesionaria del Maracaná, SEOP, etc.), incluyendo la Policía Militar de RJ (…) Además de los planes de acción y de seguridad, los participantes en la reunión también abordaron toda la preparación del desarrollo del partido, con la participación de todas las partes directamente involucradas y responsables de la organización del partido y las autoridades públicas”, detalló el escrito.
Hasta el momento, desde la FIFA aún no hubo un comunicado oficial sobre lo ocurrido, pero sí s expresó el presidente Gianni Infantino a través de una storie publicada en su cuenta de Instagram personal: “No hay absolutamente ningún lugar para la violencia en el fútbol, dentro o fuera del campo. Eventos como los que se vieron durante el partido de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA entre Brasil y Argentina en el estadio Maracaná, no tienen cabida en nuestro deporte ni en nuestra sociedad. Sin excepción, todos los jugadores, aficionados, personal y funcionarios deben estar seguros y protegidos para jugar y disfrutar del fútbol”.