Un centenar de personas –entre familiares, amigos y seguidores– acudieron este sábado al Duomo de Vicenza para al último adiós a Paolo Rossi, la gran figura de la selección de Italia que ganó la Copa Mundial de la FIFA de España ’82, quien murió el pasado miércoles a los 64 años después de transitar una larga enfermedad.
Sus ex compañeros de la Azzurra, como Marco Tardelli, Antonio Cabrini y Giampiero Marini, se encargaron de llevar el féretro en la ceremonia. También asistieron otras grandes personalidades del fútbol italiano como Paolo Maldini, Franco Baresi o Roberto Baggio. Incluso estuvo presente Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana, quien colocó una camiseta de la selección italiana con el número 20 encima del ataúd.
Los fanáticos que acudieron a la Catedral para el último adiós a ex jugador de la Juventus, AC Milán y LR Vicenza, ganador del Balón de Oro de 1982, acompañaron con gritos de ”¡Rossi Gol!” y ”¡Paolo, Paolo!” desde a fuera de la iglesia.
“Paolo vivió su enfermedad con la gracia y la discreción de siempre. Su grandeza fue ser campeón, pero nunca personaje”, pronunció en su sermón Don Pierangelo Ruaro, delegado del Obispo de Vicenza, quien también destacó que “su fe estaba formada por la vida cotidiana, la bondad, el respeto, la sencillez y la humildad”.
El histórico delantero de Italia, nacido en Prato (Toscana, centro), tuvo su funeral en Vicenza, porque fue la ciudad en la que jugó entre 1976 a 1979 –marcó 66 goles en 108 partidos– y de la que fue nombrado “ciudadano honorario” hace solamente dos años.
Este jueves también hubo una despedida a Paolo Rossi en el Estadio Romeo Menti de Vicenza, a donde también acudieron sus familiares pero principalmente fue para los miles de tifosi que querían despedirlo. Se hicieron largas filas para ver su féretro.
Por otra parte, la Serie A y los clubes en los que jugó están organizando varias iniciativas para los partidos de este fin de semana: habrá en principio un minuto de silencio e imágenes de Rossi en las pantallas gigantes de todos los estadios.
El ex goleador de la Azzurra perdió la batalla contra un cáncer de pulmón y murió internado en el hospital La Scotte de Siena a los 64 años. Su fallecimiento ha calado muy hondo en el mundo del fútbol, ya que se trataba de un hombre humilde, simpático y genuino, que tras su retiro del fútbol inició una carrera como comentarista de TV en varias cadenas italianas.