Alex Song (32 años) se cubrió recientemente de gloria con unas declaraciones que le dejaron en muy mal lugar. Rememorando su fichaje por el FC Barcelona, al que llegó en 2012 procedente del Arsenal a cambio de 19 millones de euros, dijo: “Cuando vi la cantidad que iba a recibir en el Barcelona no dudé. Pensé en mi esposa, en mis hijos y en que era necesario que después del fútbol pudiéramos tener una vida cómoda. Cuando hablé con el director deportivo del Barcelona me dijo que no iba a jugar mucho, pero no me importó porque sabía que iba a ser millonario”, recordó en el portal ‘Lion Indomptable’ junto a su compatriota Pascal Siakam, jugador de baloncesto de los Toronto Raptors.
El caso es que Song llegó al Barça y la verdad es que, para la época y para la influencia que se esperaba de él, se llevó una buena millonada en dos años. Firmó un contrato de cinco temporadas a 5,5 millones de euros brutos por año, más los variables.
Unos variables de los que sólo cobró el primer año la parte correspondiente al título de Liga ganado con Tito Vilanova en el banquillo en la campaña 2012-13. En la siguiente, ya con el Tata Martino, sólo ganó la Supercopa de España, un premio menor.
Cedido al West Ham dos años
Tras esta segunda temporada, Song había participado en 65 partidos con el Barça (34 y 31), en los que había sumado sólo un gol, al Real Zaragoza. La llegada de Luis Enrique al banquillo culé precipito su salida, como cedido, rumbo al West Ham. En el club azulgrana se desconoce lo que ganó en este club inglés, porque las condiciones de las cesiones las negocian los jugadores por su cuenta con esta entidad. No obstante, se supone que le debieron respetar la ficha, es decir, esos 5,5 millones brutos aunque ya no los pagó el Barça. Tras su cesión al West Ham de dos años, recibió la carta de libertad y se fue al Rubin Kazan, donde también vivió un oscuro ostracismo, además sin su familia y pasando los días solo en la ciudad deportiva del club sin entender el ruso.
Petición de Tito por un marcaje a Messi
A Song lo fichó el Barça por iniciativa de Tito Vilanova. En un Arsenal-Barça, el camerunés había marcado muy bien a Messi, sin hacerle faltas pero dejándole jugar muy poco, y Tito pensó que el Barcelona podría funcionar de pivote y de central.
Cuando los emisarios azulgrana fueron a Londres a explicarle su intención de ficharle, a Song le costó creérselo. De hecho, les pidió una foto dedicada por Messi de cara al siguiente encuentro para regalársela a su hijo, para darle a los suyos una prueba tangible del interés culé.
Representado por Darren Dein, agente vinculado al Arsenal y el mismo de Cesc, Song llegó al Barça y se integró bien al grupo, revelándose pronto como un tipo dado el eclecticismo y la extravagancia en sus gustos por la ropa y el calzado. Pero destacó más por sus modelitos y zapatos que por su juego. De pivote ni le hizo cosquillas a Busquets y de central jugó un partido que acabó en naufragio. Eso sí, se llevó una millonada.