La mala fortuna se alió con el Tottenham en Wembley y dos carambolas, en forma de goles de Georginio Wijnaldum y Roberto Firmino, dieron la victoria (1-2) a un Liverpool que continúa su impoluto camino en la Premier League y firma su mejor arranque desde la temporada 1991/1992. Los de Jürgen Klopp alcanzan los quince puntos y siguen líderes de la liga, mientras que el Tottenham enlaza dos derrotas y comienza a ver cada vez más lejos la posibilidad de ser uno de los aspirantes al título.
El arranque propuso todo lo que se espera cuando Tottenham y Liverpool chocan en un terreno de juego. Cuando no se había cumplido aún el primer minuto de juego, Andrew Roberton sirvió un balón desde la banda, Sadio Mané lo mandó a las redes y comenzó a celebrarlo, hasta que al levantar la cabeza, se encontró con el banderín del juez de línea levantado. Gol bien anulado y lo que apuntaba a partidazo rápidamente se disolvió. El Liverpool acusó el bajo estado de forma de sus estrellas, con un irreconocible Mohamed Salah como bandera y dejó que toda la iniciativa cayera en las piernas de los ‘Spurs’.
Los de Mauricio Pochettino disfrutaron de la posesión, pero sin apenas agresividad. Harry Kane mostró un nivel parecido al de su némesis en el rival y el partido se convirtió en un duelo insípido entre dos equipos incapaces de saber cómo hacer daño. Ante tal inactividad en ataque, tuvieron que ser los errores propios los que decantaran la balanza.
Avisó el Liverpool de que no perdonaría más,cuando Eric Dier cedió estrepitosamente el balón atrás y Salah en carrera se plantó un poco escorado contra Vorm, quien la sacó en dos tiempos.
Pese a que el control lo retomó el Tottenham, su primer disparo a puerta no llegó hasta el minuto 28, cuando Christian Eriksen lanzó una falta que atrapó sin demasiados apuros Alisson. La falta de profundidad de los ‘Spurs’, a los que solo salvaba la garra de Lucas Moura, fue castigada a balón parado y después de una serie de rechaces que puso de manifiesto la debilidad de un equipo sin Dele Alli arriba y Hugo Lloris en la portería.
Michael Vorm, guardameta de urgencia, erró en un córner al no despejar de primeras, el rechace lo remató de cabeza Wijnaldum y Vorm, sobre la línea de gol, no pudo evitar el primer tanto de los visitantes. La mala suerte del Tottenham, que propuso algo más que el Liverpool se acrecentó en la segunda parte. Mané se internó en el área y puso un pase de la muerte. Jan Vertonghen, atento, se lanzó a cortarlo y su despeje se estrelló contra el palo, cayendo el esférico en las botas de Firmino en la línea de gol.
Con el 0-2, cualquier esperanza de los ‘Spurs’ pareció dinamitarse y, aunque en todo momento el 0-3 estuvo más cerca que una reacción de los de Pochettino, en el tiempo de descuento Erik Lamela atravesó las redes de Alisson con un disparo escorado a la salida de un córner. Los de casa dispusieron de una última en las botas de Son Heung-Min, que volvió tras disputar con Corea del Sur los Juegos Asiáticos, pero el marcador ya no se movió más y los puntos volaron al norte de Inglaterra.
En la sexta jornada, los de Klopp recibirán en casa al Southampton