La selección brasileña de futbol masculino, que lideró el veterano Dani Alves, fue objeto de críticas este domingo por no usar el uniforme olímpico oficial al recibir la medalla de oro en el podio de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El Comité Olímpico Brasileño (COB) repudió en una nota oficial “la actitud de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) y de los jugadores”, durante la ceremonia de premiación celebrada en la víspera sobre el césped del Estadio Internacional de Yokohama.
La polémica se originó porque el combinado dirigido por André Jardine subió a lo más alto del cajón, con la camiseta de juego, patrocinada por Nike, que es sponsor de la CBF, y con la chamarra oficial de la delegación olímpica brasileña atada a la cintura.
De acuerdo con las reglas del COB, todos los atletas que viajaron a los Juegos Olímpicos de Tokio estaban obligados a vestir la indumentaria de Peak, la marca china que patrocina la entidad, en el podio y en las ceremonias oficiales.
¿Cómo reaccionaron los organizadores de Tokio 2020?
Según medios brasileños, integrantes de la organización de los Juegos pidieron a los futbolistas brasileños que se pusieran la indumentaria de Peak en el túnel de vestuarios, pero muchos los ignoraron y “algún jugador hasta se burló”.
Al respecto, l COB anunció que, en los próximos días, se anunciarán “las medidas que serán tomadas”, incluso con la posibilidad de acudir a los tribunales, “para preservar los derechos del Movimiento Olímpico, de los demás atletas” y de sus “patrocinadores”.
Atletas brasileños critican a la selección de futbol
La actitud de los Dani Alves, Richarlison y compañía también recibió críticas de otros deportistas brasileños como los nadadores Poliana Okimoto y Bruno Fratus, bronce en los 50 metros libre en Tokio 2020.
“El mensaje fue claro: no forman parte del equipo (olímpico) y no les importa. También están completamente alienados y desconectados de las consecuencias que eso puede generar a innumerables atletas que no son millonarios como ellos”, indicó Fratus, en sus redes sociales.
Varios medios brasileños hicieron hincapié en las consecuencias que esta acción de su selección podría acarrear al Comité Olímpico Brasileño, ante una posible renovación de contrato con la empresa china, que inició su vínculo para el último ciclo olímpico.
