Tremenda victoria la conseguida este domingo por el FC Barcelona ante el Athletic Club en San Mamés, uno de los campos más difíciles de LaLiga, para volver a poner tierra de por medio con el Real Madrid. Los blancos no fallaron un día antes frente al Espanyol (3-1), pero los azulgranas han respondido en un duelo cargado de dramatismo para recuperar la ventaja de nueve puntos sobre los de Carlo Ancelotti, a una semana del Clásico que ambos equipos disputarán en el Camp Nou
Después de una primera parte apasionante, que finalizó con el gol de Raphinha justo antes del descanso, los leones no se arrugaron y fueron lanzados a por el empate, pero se toparon con los postes (una vez en cada tiempo), también con Ter Stegen —que le hizo un paradón a Iker Muniain y fue designado mejor jugador del partido— y, ya al final, con el VAR: Gil Manzano dio por bueno en primera instancia el gol de Iñaki Williams, en el 87’, pero luego lo acabaría anulando, tras consultar el videoarbitraje, por una mano previa de Muniain.
Dramática victoria para el Barça que puede valer media Liga, a expensas de un Clásico que puede terminar siendo decisivo porque, si ganan los de Xavi, la ventaja de 12 puntos sería ya prácticamente insalvable para los merengues a otras tantas jornadas para el final.
Un duelo, el de San Mamés, que tuvo prácticamente de todo, muy intenso y vibrante desde el pitido inicial. Los dos equipos salieron a por todas desde el comienzo, cada uno con sus armas: el Barça con la posesión y el Athletic, buscando sorprender al contragolpe. Ferran Torres avisó al primer minuto, pero los leones no se amedrentaron y llegaban con peligro al área de Ter Stegen gracias a la velocidad de Nico Williams. Berenguer buscó el lucimiento personal con una chilena desde fuera del área, pero más clara aún fue la ocasión que tuvo Lewandowski sólo unos segundos después. El polaco, recuperado por Xavi para la causa, se plantó solo en el área ante Agirrezabala, pero se le quedó un poco largo el último control y pudo atrapar en su salida el meta donostiarra.
El partido estaba a mil revoluciones por hora: Gavi, siempre al límite, no dudaba en jugarse el tipo y Koundé, de menos a más, se tragó un balón por arriba que se llevó Berenguer y casi termina en susto para Ter Stegen. Ahí empezó el recital del portero alemán, que se encargó de frenar a Iñaki Williams y luego vio cómo los palos se aliaron con él, después de que el larguero repeliera un testarazo de Raúl García a la salida de un córner.
Estaba precioso el encuentro y cualquiera de los dos podía marcar, especialmente el Athletic, pero el que se adelantó en el marcador fue el Barça. En el descuento de la primera parte, cuando parecía que se llegaría sin goles al descanso, apareció Raphinha para batir a Agirrezabala con la derecha, su pierna menos buena. El equipo de Ernesto Valverde le ponía más intensidad, pero el Barça volvía a hacer gala de su pegada.
La superioridad del Athletic fue si cabe mayor en la segunda parte, aunque fue Lewandowski, de cabeza, quien tuvo la ocasión más clara al volver de vestuarios con un testarazo que salió fuera por poco después de una gran acción individual de Alejandro Balde por la banda izquierda.
Los leones, siempre aguerridos, se caracterizan porque nunca tiran la toalla. Ante su público, y frente a un rival de la talla del Barça, no iba a ser menos.
Mientras el público de San Mamés —récord de asistencia en La Catedral con 49.741 espectadores— cantaba aquello de «a Segunda, oe» y lanzaba billetes al campo para mostrar su protesta por el caso Negreira, el equipo rojiblanco se crecía y empezaba a buscar, cada vez con mayor insistencia, la portería de Ter Stegen. Berenguer estrelló un balón en el palo y luego el meta visitante se lució con un paradón a Muniain, que había entrado al campo por Raúl García.
El Athletic siguió apretando y tuvo una triple ocasión en la misma jugada, que finalizó con Christensen sacando casi en la misma raya de gol un remate de Berenguer. El partido estaba claramente para el empate, y en el 87’ Iñaki Williams batió a Ter Stegen, derribando al fin el muro germano, tras un gran pase de primeras de Guruzeta. La Pantera es imparable al espacio. El gol subió en un primer momento al marcador, pero Gil Manzano lo anuló instantes después, tras consultar el VAR, por mano previa de Muniain en la acción que inició la jugada.
Un varapalo para el Athletic, que no consigue reengancharse a la lucha por Europa, y un balón de oxígeno para el Barcelona, que se vio superado por el empuje rojiblanco pero acaba saliendo de San Mamés con tres puntos que pueden valer media Liga.