El duelo en Glasgow por el Grupo F de la Champions League encendió todas las alarmas en el Real Madrid y en la selección de Francia: En el encuentro ante el Celtic, Karim Benzema debió ser reemplazado a los 29 minutos del primer tiempo por un fuerte dolor en la rodilla derecha: en su lugar entró Eden Hazard. El delantero, de 34 años, se marchó con las manos en su rostro y gestos de preocupación.
El atacante, gran figura en la consagración del Merengue en la Champions pasada, y candidato al Balón de Oro y el premio The Best, sintió la molestia en un contragolpe y pidió el cambio. En el momento en el que dejó el campo, se lo vio caminando con dificultad, tomándose la rodilla de a ratos, y como intentando pisar con fuerza o estabilizarla. En ese momento, el partido estaba 0-0.
En el camino hacia el banco de suplentes, Benzema recibió el consuelo de su compañero Vinicius, se tomó la cara en más de una oportunidad en actitud de congoja y hasta pareció que se le escapó alguna lágrima. ¿Un presagio de una lesión grave? Habrá que aguardar por el diagnóstico del Real Madrid.
La inquietud en la Casa Blanca radica en que, además de la valía del ariete, no tiene reemplazante natural. Y la fase de grupos de la Champions fue comprimida en apenas dos meses por el ajuste en el calendario a partir del Mundial de Qatar, a disputarse a partir del 20 de noviembre.
Y yendo precisamente a la Copa del Mundo, una lesión de extensa recuperación podría dejarlo sin pasaje a Qatar, justo cuando el seleccionado que ostenta la corona ganada en Rusia 2018 tiene en duda a Paul Pogba, quien decidió operarse para reponerse de su lesión en el menisco de su rodilla derecha, por la cual estaba realizando una terapia regenerativa en pos de evitar el quirófano. Si bien la rehabilitación le demandará como mínimo seis semanas, el entrenador de la Juve, Massimiliano Allegri, dio su parecer y sugirió que “calculo que lo tendremos de regreso en enero, tenemos que ser realistas. Si juega o no el Mundial no es mi problema”.
