En las últimas horas, una noticia sacudió la preparación de decenas de tenistas de cara a lo que será el primer Grand Slam de la temporada en el circuito profesional de tenis. Las autoridades del Australian Open comunicaron que se detectaron casos de coronavirus en dos de los vuelos que llevaban jugadores a Melbourne. Por esta razón, 47 tenistas deberán estar aislados en las habitaciones de sus hoteles y no podrán salir para entrenarse.
A través de dos comunicados que publicaron en su cuenta oficial en Twitter y también en su sitio oficial, la organización del torneo confirmó el complicado escenario en la antesala del evento que se desarrollará desde el próximo 8 hasta el 22 de febrero.
“Se encontraron dos pruebas positivas de COVID-19 de uno de los vuelos chárter a Melbourne en las últimas 24 horas. Había 79 personas en el vuelo, incluidos 67 pasajeros, de los cuales 24 son jugadores. Las dos pruebas positivas son de un miembro de la tripulación de vuelo y un pasajero que no es un jugador, quienes devolvieron una prueba negativa dentro de las 72 horas previas a abordar el vuelo”, indicó el primero de los reportes sobre un vuelo que salió desde Los Ángeles, Estados Unidos.
Por su parte, pocas horas después, las autoridades del Grand Slam que se disputa en Melbourne Park indicó que otros más de 20 tenistas corrieron la misma suerte en un viaje procedente de Medio Oriente. “Un pasajero de un vuelo chárter a Melbourne desde Abu Dhabi ha devuelto una prueba positiva de COVID-19 en las últimas 24 horas. Había 64 personas en el vuelo, incluidos 23 jugadores. Todos los pasajeros del vuelo ya se encuentran en hoteles de cuarentena y el caso positivo, que no es jugador y había dado negativo antes del vuelo, ha sido trasladado a un hotel de salud”, indicó la organización.
Además de informar sobre el resultado negativo de los test a los jugadores, el Australian Open comunicó que los deportistas deberán cumplir los protocolos que establece el país para los contactos estrechos con casos de coronavirus.
“Los jugadores en el vuelo no podrán salir de sus habitaciones de hotel durante 14 días y hasta que tengan autorización médica. No serán elegibles para practicar”, anunció el reporte. De esta manera, los y las tenistas deberán mantenerse en las habitaciones de los hoteles Grand Hyatt, Pullman y View, los tres elegidos para albergar a los atletas y sus acompañantes.
Entre los jugadores que viajaban con destino a Australia están los argentinos Guido Pella y Juan Londero, el uruguayo Pablo Cuevas y el japonés Kei Nishikori. Entre las tenistas que se sumaron a esos vuelos están la rusa Svetlana Kuznetsova, la ucraniana Kostyuk y la bielorrusa Victoria Azárenka, entre otros nombres.
“Nos estamos comunicando con todos en este vuelo, y en particular con el grupo de juego cuyas condiciones ahora han cambiado, para asegurarnos de que sus necesidades estén siendo atendidas tanto como sea posible, y que estén completamente informados de la situación”, indicó Craig Tiley, director del Australian Open.
Hace pocos días se confirmó lo que será el riguroso control que mantendrá la organización para todos los jugadores y sus acompañantes que participen del primer gran torneo de tenis de la temporada. Una de las restricciones más importantes está relacionada a las salidas de los hoteles, ya que según indicó el diario australiano The Age, se instalaron alarmas en las salidas de emergencia de los recintos de los tenistas para que ninguno de ellos pueda escaparse sin permiso.
Es importante recordar que los tenistas sólo podrán salir de sus hoteles por cinco horas, destinadas de manera exclusiva a entrenarse o recibir la atención médica necesaria. En ese sentido, los protagonistas pueden ir acompañados de una única persona aunque sean más los miembros del staff los que viajen a destino. El resto del equipo deberá permanecer en el hotel.
Además, el gobierno de Victoria anunció que serán unos 1100 oficiales de apoyo residencial los que trabajarán en la organización y acompañarán a los tenistas. Lo mismo sucederá con la policía local, que escoltará a los protagonistas ida y vuelta de sus residencias hasta las instalaciones deportivas. El que no cumpla con las medidas impuestas por la organización recibirá una fuerte multa -se estima de 20 mil dólares australianos- y podría llegar a ser deporte del territorio oceánico.