José María Fernández, vecino de San Fernando, en la provincia española de Cádiz, llevaba más de un año atrapado en su casa, donde apenas podía moverse debido a su obesidad mórbida. El peso del hombre de 49 años rondaba los 300 kilos y pasó los últimos seis meses sin siquiera poder levantarse de la cama.
La vida solitaria, en la que no contaba con una familia ni amigos, y su estado físico que no le permitía ni valerse por sí mismo, dieron lugar a una depresión prolongada. La desesperación que lo invadía llegó a tal punto que hubo momentos en los que quería quitarse la vida.
El cautiverio de José María llegó a su fin este jueves. Bomberos realizaron la extracción del hombre desde su domicilio utilizando una camilla especial, capaz de soportar hasta 500 kilos, que fue alzada hasta el balcón para bajarlo. Una vez trasladado al hospital, José María descubrió con sorpresa que había perdido 103 kilos, desde los 350 que tenía en su peor momento, según sus propios cálculos.
La cama-báscula hospitalaria mostró un total de 247 kilos, recoge la prensa gaditana. «Hacía mucho tiempo que no estaba tan feliz como hoy», confesó el internado a Antena 3. «Era el día que quería que llegara, porque ya no podía más. Yo sé que voy a salir por la ventana, pero el día que vuelva, voy a entrar por la puerta. A ver si tengo suerte y ya en unos meses estoy hecho un figurín», se sinceró entusiasmado.
En los últimos meses José María ponía de su parte en un intento de bajar de peso, meta que logró gracias a la ayuda de voluntarios y una dieta. Al tocar fondo, pidió asistencia a través de los medios, y fue así como le tendieron la mano un empresario y un nutricionista y preparador físico gaditano. El hombre empezó a notar cambios en su estado de salud e incluso logró levantarse de la cama con ayuda. «Yo soy una motivación para muchas personas», expresó.