Un acusado se cortó la garganta durante su propio juicio por asesinato en un juzgado de Nebraska, centro de Estados Unidos, el lunes.
Aubrey Trail, de 52 años, fue evacuado de urgencia un hospital de la zona.
Trail está acusado de asfixiar y cercenar una joven con la ayuda de su pareja, Bailey Boswell, quien será juzgada este año.
Durante la audiencia, Trail se puso en pie y gritó “Bailey es inocente y los maldigo a todos”, antes de clavarse en el cuello un objeto desconocido, informaron periodistas que presenciaron la autoagresión.
El acusado fue sacado de la sala del juicio inconsciente en una camilla, mostró una televisión local. Su estado de salud se desconoce por ahora.
El cuerpo de Sydney Loofe había desaparecido 19 días antes, después de haber conocido a Boswell por internet.
Las dos jóvenes chatearon a través de la app de citas y quedaron para conocerse en persona el 14 de noviembre de 2017. Acordaron además, volver a verse al día siguiente. Sydney desapareció 19 días después de conocer a Boswell online.
Para Sandra Allen, de la Oficina del Fiscal General de Nebraska, desde el principio, todo formó parte de un plan para asesinar a Sydney Loofe. Después de terminar con su vida, explicó, los acusados utilizaron «una sierra de dientes finos» para segmentar el cadáver.
«Esto es más que un asesinato en primer grado. Se trató de un secuestro planificado para asesinar a Sydney Loofe», aseguró Allen.
Las autoridades hallaron los restos de la víctima en bolsas de basura que habían sido arrojadas en un campo cerca de Edgar, a 144 kilómetros al suroeste de Lincoln. Pudieron identificarla gracias a un tatuaje que llevaba en el cuerpo con la frase: «Todo será maravilloso algún día».
Según la autopsia, Loofe murió por asfixia. Los resultados arrojaron que el asesino utilizó un cable con extensión para estrangularla. Los fiscales creen que Aubrey Trail fue quien la asfixió y que Boswell le habría ayudado a deshacerse de los restos.
Sin embargo, Joey Murray, abogado del acusado, defendió que la muerte de Sydney fue un accidente, y que ella había consentido participar en una fantasía sexual conocida como «asfixia sexual». Según la defensa, la víctima aceptó que Trail le cortara la respiración mientras tenían relaciones para grabar la escena en video. Lo hizo porque el acusado le ofreció dinero a cambio. Pero cuando llegó el momento de grabar, no salió como lo habían planeado y se produjo el accidente.
«No hubo nada ilegal. Todo era consentido», insistió el letrado.