Un gato de raza birmana pasó 12 minutos dentro de una lavadora en marcha y sobrevivió para contarlo. Oscar, así se llama el felino, gastó «tres de sus nueve vidas», dice su dueña, Amanda Meredith, de la localidad australiana de Mudjimba.
Fue su esposo quien metió por error al gato en la lavadora junto con unas sábanas, puso detergente y encendió la máquina. Amanda escuchó un extraño maullido, pero pasaron unos minutos antes de que se diera cuenta de que el ruido provenía de la lavadora, y que quien lo producía era el desdichado Oscar.
«El pobre gatito tenía las patas sobre el cristal mientras daba vueltas y me miraba», dijo la dueña de mascota. La máquina tardó unos larguísimos dos minutos antes de drenarse y apagarse. Entonces, finalmente, Amanda abrió la puerta de la lavadora y liberó a su gato.
El veterinario recetó antiinflamatorios para Oscar y lo dejó en observación durante 24 horas, advirtiendo que las primeras seis serían cruciales. El gato sobrevivió al accidente, pero durante los siguientes días prácticamente no hizo más que dormir con un sueño profundo.
Lo más curioso del caso es que la terrible experiencia no le provocó ningún trauma a Oscar, que no ha desarrollado ningún tipo de miedo a la lavadora. «Se sienta delante y observa como va dando vueltas», dice la dueña.