Ante el aumento en la cantidad de desechos de viejas naves y satélites que orbitan nuestro planeta, la firma australiana Neumann Space, junto con otras tres compañías, ha lanzado un ambicioso proyecto conjunto que busca reducir la cantidad de basura espacial, al reciclarla y convertirla en combustible para cohetes, informa The Guardian.
Para lograr este objetivo, la empresa se ha asociado con la ‘startup’ japonesa Astroscale, que anteriormente ha demostrado la viabilidad de usar satélites para recolectar basura en el espacio, con la empresa estadounidense Nanorocks, que desarrolla la tecnología para almacenar y cortar los desechos en órbita, así como con Cislunar, que trabaja en un sistema de fundición para crear barras de metal.
Según explicó el director ejecutivo de Neuman Space, Herve Astier, el dispositivo de propulsión que han desarrollado puede utilizar esas barras como combustible: «El sistema ioniza el metal que crea empuje para mover los objetos en órbita», detalló.
Actualmente, los esfuerzos por resolver el problema de la basura espacial se centran en recolectarla y llevarla a la atmósfera para que se quemen; no obstante, el planteamiento del consorcio pretende aprovechar los desechos sin necesidad de transportarlos. «Será como desarrollar una gasolinera en el espacio», comentó Astier. De acuerdo a los expertos, debido a las altas velocidades a las que orbitan los satélites, cercana a los 28.000 kilómetros por hora, un pequeño tornillo o una mota de pintura podrían causarle grandes daños a la Estación Espacial Internacional, lo que supone un gran riesgo para los astronautas y los sistemas de comunicación en general.