Una pareja originaria de Nueva Jersey se desmoronó luego de que, debido a un error de la clínica de fertilidad a la que acudieron para poder convertirse en padres, dieran la bienvenida a una niña de origen asiático, esto de acuerdo con una demanda interpuesta en dicho estado.
Tanto Kristina Koedderich como su ahora exesposo Drew Wasilewski entablaron demandas de forma individual ante el Tribunal Superior de Nueva Jersey, en el Condado de Essex.
La expareja denuncia haber pagado 500 mil dólares a la clínica de salud reproductiva Institute of Reproductive Medicine and Science at Saint Barnabas (IRMS por sus siglas en inglés), para así poder tener un hijo juntos.
Drew Wasilewski proveyó de una muestra de su esperma el 7 de noviembre de 2012, la cual sería empleada para fertilizar los óvulos de Kristina Koedderich cerca del 26 de noviembre de ese año.
Sin embargo, después de que Kristina diera a luz a una niña en julio de 2013, el exmatrimonio se encontró en su “escenario de pesadilla” al darse cuenta de que la pequeña desarrollaba rasgos asiáticos y tenía trastorno sanguíneo comúnmente asociado a regiones del sudeste asiático.
Eventualmente, un examen de ADN reveló que Drew no era el padre de la menor.
En su declaración, Wasilewski compartió que él estaba “devastado” por la situación. Su exesposa recordó en su denuncia que el hombre rompió en llanto.
«Él estaba llorando. Yo estaba llorando. Y yo llame (al IRMS) al siguiente día y pregunte cómo esto podía ser posible, cómo realmente esto podía ser posible», expuso la mujer en su declaración.
El mes pasado el juez del tribunal superior, Keith Lynott, lanzó una orden que obliga a la clínica de fertilización a revelar los nombres de los hombres y mujeres que acudieron al centro al mismo tiempo que la expareja.
La orden también demanda al IRMS que revele los nombres de aquellos que estaban trabajando en esa ocasión en el hospital. Específicamente se solicita saber quién estaba supervisando el laboratorio, la acusada Melissa Bell, cuando ella procesó la muestra del esperma del hombre.
También se exige que todos los hombres de origen asiático que donaron esperma que estaba congelado durante ese tiempo también sean identificados por la clínica. A los acusados se les permitió que dejaran las iniciales de los clientes en la mayoría de los casos, a excepción del hombre que se cree suministró el esperma para la bebé de Koedderich.
También como parte de la orden se solicitan todos los documentos relacionados con las políticas y procedimientos de cuando se realizan los pasos de una inseminación.
Por último, la orden también pide a la clínica que nombre a todas las posibles clientes mujeres cuyos óvulos pudieron ser fertilizados con el esperma de Drew. De esa forma, el hombre podría saber si su esperma fue utilizado por alguien que buscaba tener su propio bebé.
Mazie, Slater, Katz & Freeman representan a la expareja y en sus demandas nombran como acusados a la clínica, al doctor John Garrisi, a la doctora Natalie Cekleniak y a numerosas personas que no son nombradas.
La expareja demanda por los daños ocasionados y también mencionan que la negligencia del centro finalmente los dirigió hacia el camino del divorcio.
Uno de los abogados expuso que Drew estaba dispuesto a conocer si tenía hijos, algo que compartió en su declaración.
Me gustaría mucho estar involucrado. Creo que, como niño, tú quieres saber quién eres y de dónde vienes. Yo creo que soy una muy buena persona. Y me gustaría hacerles saber quién soy, como persona, que aprendan de mí tanto como yo aprendí de mi padre y mi madre”, expuso el hombre.
Se describe que las redes sociales de Kristina indican que tiene dos hijos.
CHINOS – COCHINOS !!!
seamos honestos…ella no tuvo la culpa. En mi opinion no ameritaba divorcio.