Dos hombres y una mujer fueron detenidos por la Policía de Leon Valley, en San Antonio, luego de que cometieran un insólito robo en un acuario de la ciudad. Los sospechosos fueron descubiertos luego de que se mostraran con actitud extraña para los hombres de seguridad del parque y fueran vigilados de cerca con las cámaras del lugar.
El hecho ocurrió en el San Antonio Aquarium, el pasado sábado. Fue luego de que un empleado viera la actitud sospechosa de tres visitantes que tenían un bebé en brazos -junto a su cochecito- y se encontraban en la zona de las piscinas de los tiburones.
En un momento determinado, uno de ellos toma una pequeña red y la hunde en uno de los piletones, pesca a Miss Helen -la tiburón suño cornudo atrapada-, la envuelven en toallas, la colocan en el vehículo para niños, y huyen de inmediato del acuario.
Los ladrones ingresaron al lugar el sábado por la tarde por una puerta trasera, pensando que nadie podría verlos, según informó al diario The Washington Post, el dueño del lugar Ammon Covino.
En principio, la actitud de los tres no llamó la atención de nadie porque se hallaban en la zona en que los visitantes pueden alimentar y tocar a los peces que allí habitan. Esperaron a que uno de los empleados del acuario dejara momentáneamente la sala y, en un abrir y cerrar de ojos, perpetraron el robo.
Los empleados sabían que algo raro estaba pasando. La gerente del lugar, Jenny Stellman, decidió actuar. Los siguieron hasta el estacionamiento donde habían aparcado una gran camioneta. Allí los enfrentó y les preguntó por qué salía agua de una toalla que se movía debajo del cochecito de bebé.
Le dijeron que se les había caído un vaso lleno de líquido. Todo era absurdo. Stellman insistió y les pidió poder revisar el vehículo, a lo que ellos se negaron. Segundos después, lo pusieron en marcha y se fugaron.
Cuando Covino y Stellman realizan la denuncia, a los oficiales les costó creer lo que había sucedido. Sin embargo, luego de observar las grabaciones hechas por las cámaras de seguridad, no tuvieron dudas. Les dieron las placas de sus vehículos para que fuera más fácil aprehenderlos y fueron por ellos.
Llegaron a la vivienda de uno de ellos y allí estaba Miss Helen. Viva y sana, nadando en una pecera. Al parecer, el delincuente -de 38 años- solo quería al raro ejemplar para su propia colección, sin fines lucrativos.
“No creemos que estuvieran planeando venderlo. No lo dijo, pero al ver a los otros animales que había allí, era más que probable que fuera algo que él quisiera para sí. Ya había tenido uno de estos en el pasado… obviamente le gustan esos tipos de animales», dijo Joseph Salvaggio, el jefe de Policía, tras detener a uno de los sospechosos en su vivienda. Los otros dos están siendo investigados.
Guardia: «¿Como se llama el bebé?»—-
LADRON: «Este… Mandibulín… ¡corre que no se lo creyó!