Autoridades del Departamento de Pesca y Vida Silvestre del estado de Oregon anunciaron hace unos días que sacrificaron a un joven oso negro por ser cariñoso con los humanos.
El plantígrado se había acostumbrado al contacto con los humanos y en varias ocasiones acudió a las inmediaciones de un embarcadero para botes atraído por la comida que le ofrecían los visitantes.
El oso era tan dócil que incluso se dejaba tomar selfies y acariciar, lo que causó preocupación entre las autoridades locales.
Los expertos tomaron la decisión de abatir al plantígrado explicando que su acostumbramiento a los humanos hacía más difícil su reubicación, ya que existían más posibilidades de que tuviera «interacciones peligrosas» con personas en el futuro.
Este es un ejemplo clásico de por qué imploramos a la población que no alimente a los osos», declaró Kurt Licence, biólogo del departamento.
“Si bien las personas que pusieron comida para este oso pudieron haber tenido buenas intenciones, los osos nunca deben ser alimentados».
Como decia Einstein «Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo».