El ciudadano coreano que había sido beneficiado con prisión domiciliaria porque no le gustaba la comida que le daban en la comisaría en la que estaba detenido deberá volver a prisión. Su regreso tendrá un detalle: por orden de una juez tendrán que proveerle una dieta adecuada, basada fundamentalmente en frutos del mar y verduras.
Por su idioma, Hwang no podía comunicarse con los guardias ni con el médico que lo atendía luego de haber bajado 14 kilos al no ingerir alimentos, ya que la comida que le daban en la comisaría no es la que come habitualmente y no le gusta.
Así lo planteó la defensa Hwang Doo Jin, con prisión preventiva imputado de “intento de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por ser cometido mediante violencia de género”. Y la jueza Stella Eizmendi decidió otorgarle el beneficio.
Pero ahora, en la audiencia de revisión realizada este viernes y después de leer un examen médico que dice que el ciudadano coreano está en perfectas condiciones de salud, la jueza decidió que “vuelva a una unidad carcelaria la que deberá proveerle una dieta acorde”. Su alimentación estará basada en frutos del mar y verduras.
El hecho que se le imputa ocurrió el 17 de febrero pasado, en el barrio Solana dPuerto Madryn. Según la imputación de la fiscal María Alejandra Hernández, ese día Hwang Doo Jin fue a la casa de su ex pareja vestido de ropa oscura y guantes de cuero negro en sus manos.
Luego golpeó la puerta, lo atendió su ex y comenzó la locura: “Empujó a la víctima hacia el interior del domicilio”, ella cayó al piso y comenzó a “golpearla en forma desmedida”.
La imputación describe los tormentos a los que sometió a la víctima: “La agarró de la cabeza en reiteradas veces, golpeándola con el piso, arrastrándola de los pelos hacia la cocina y el baño; y en todo momento intentaba ahorcarla con sus manos”.
Ante los gritos de la mujer, y como la puerta de la vivienda había quedado abierta, se acercó un vecino e intervino al observar a la dueña de casa “bañada en sangre” y que intentaba huir, mientras “Hwang la sostenía del tobillo”.
Tras ayudar a la víctima y dar aviso a la Policia, Hwang Doo Jin fue detenido en el lugar del hecho.
El acusado pasó poco más de un mes preso. Su defensor Oscar Romero hizo un planteo ante la jueza Eizmendi: “Desde que fue privado de su libertad, las dificultades que padece diariamente para comunicarse con el personal policial que lo custodia le presenta serias dificultades”.
En la audiencia, Romero sostuvo que Hwang “ha tenido inconvenientes respecto a su modo de vida habitual y el que se ve obligado a cumplir en la situación de detención, en especial con la ingesta de alimentos”. Y explicó: “La vianda que se le entrega no es del tipo de la que él consumía habitualmente. Eso lo motivó a no ingerir esos alimentos, que le generan malestar estomacal”.
“Es voluntad del señor Hwang recuperar su peso, que ha perdido 14 kilos”, expresó el letrado y agregó que además “le cuesta transmitir al personal de custodia sus necesidades diarias”.
Ahora volverá a una cárcel, aunque la Justicia le prometió un menú más acorde a sus necesidades.
La noticia no dice en qué país ha ocurrido tan curioso acontecimiento.