Owen Carey, un joven alérgico que murió tras comer en un restaurante de la cadena británica Byron, fue «mal guiado» por la carta y los camareros, lo que provocó su fallecimiento, concluyó este viernes un juzgado de instrucción londinense, informa The Guardian.
El adolescente, que visitó el lugar junto con su novia el 22 de abril de 2017 —el día de su 18 cumpleaños—, advirtió al personal que no podía comer lácteos. Sin embargo, no le informaron de que el pollo de una hamburguesa, elegida por él, fue marinada en suero de mantequilla. La carta tampoco mencionaba la presencia de este ingrediente.
Como resultado, cuando el joven se había comido la mitad del plato, sufrió una reacción anafiláctica y falleció una hora después en un hospital cercano.
In this blog the lawyer for the family of Owen Carey, food safety lawyer @LD_mvictor , discusses how Owen died a preventable death after eating chicken from Byron Burger restaurant which had been marinated in buttermilk https://t.co/2Dydkffi5S pic.twitter.com/TWgi26pU6P
— Leigh Day (@LeighDay_Law) September 14, 2019
Adopción de una nueva ley
La hermana de Carey, Emma Kocher, llamó a la adopción de una nueva ley que obligue a los restaurantes a «mostrar información clara sobre alérgenos en cada plato individual en sus menús».
«Simplemente no es suficientemente bueno tener una política que se base en la comunicación verbal entre el cliente y su servidor, que a menudo tiene lugar en un restaurante concurrido y ruidoso donde la rotación del personal es alta y muchos de sus clientes son muy jóvenes», explicó.
Por su parte, el director ejecutivo de Byron, Simon Wilkinson, ofreció sus condolencias a la familia del adolescente.
«Aunque esos procedimientos correspondían a todas las reglas y pautas, y entrenábamos a nuestro personal para responder de la manera correcta, es muy lamentable y triste que nuestros altos estándares de comunicación con nuestros clientes no se hayan cumplido durante la visita de Owen», señaló.