Un equipo de científicos de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO, por sus siglas en inglés) logró rastrear por primera vez un estallido cósmico único hasta su origen. Este tipo de onda se conoce como ráfaga de radio rápida (FRB, por sus siglas en inglés) y hasta ahora había sido casi imposible seguir, informó esta semana el portal ScienceAlert.
La fuente de la señal detectada por radiotelescopios en septiembre del año pasado estaría ubicada en una galaxia a unos 3.600 millones de años luz de la Tierra.
Según el estudio, lo misterioso de las FRB radica en lo poco que se conoce sobre lo que produce estas ráfagas, que duran tan solo fracciones de segundo, pero generan un destello tan poderoso en longitudes de onda de radio equivalente a 500 millones de soles.
Teorías sobre su origen
Estas ondas fueron detectadas por primera vez en 2007, pero algunos astrónomos eran escépticos acerca de su origen cósmico y sospechaban que se podía tratar de una señal terrestre.
Posteriormente, estas ráfagas empezaron a ser detectadas por varios radiotelescopios y se especuló que se podían haber producido por cataclismos cósmicos, evaporación de estrellas, e incluso por vida extraterrestre inteligente. Sin embargo, al no ser tan frecuentes era difícil estudiarlas detenidamente.
Actualmente se cree que las FRB podrían ser producidas por explosiones de estrellas de neutrones extremadamente magnéticas y jóvenes conocidas como magnetares.
¿Qué hace único al descubrimiento?
Esta es tan solo la segunda FRB que ha podido ser rastreada, sin embargo, la diferencia radica en que este estallido tuvo lugar una sola vez, mientras que la detectada anteriormente estallaba repetidamente, lo que pudo facilitar conocer su ubicación.
A los astrónomos también les entusiasma el hecho de que las mediciones sobre ráfagas podrían revelar más detalles sobre la composición del universo, como la materia difusa que se encuentra en el espacio entre las galaxias, de la que se conoce poco.