La Lotería Nacional del Reino Unido le ha prohibido a un jubilado de 75 años seguir apostando en línea porque gasta demasiado. El organismo suspendió por tres meses la cuenta en línea del británico, quien ha presentado una queja formal porque siente que está siendo discriminando.
De acuerdo con el diario local Hull Daily Mail, la Lotería Nacional considera que este usuario está «jugando más que el jugador promedio», ya que sus reglas de juego responsable para proteger a quienes apuestan demasiado limitan los gastos en línea a 500 libras semanales, suma equivalente a unos 680 dólares.
El anciano comprende y acepta las políticas de juego, pero asegura que controla la cantidad de dinero que gasta, la cual redujo por debajo de la cifra límite. Se siente descontento y piensa que es una injusticia porque no entiende los motivos de la restricción. Un exfuncionario de la lotería, citado por el medio, reveló que ese individuo gastaba 400 libras semanales (unos 550 dólares).
«Es mi dinero»
Según explica el afectado, tiene problemas para salir y caminar y su única distracción son los juegos en línea. «Siento que me están discriminando. Si tuviera más movilidad, iría a la tienda de la esquina y compraría cualquier cantidad de boletos sin que el comerciante me restringiera», argumenta ese hombre, que pide «cambiar las reglas y eliminar el bloqueo».
El septuagenario niega ser un adicto al juego. Afirma que solo disfruta jugando tarjetas de rasca y gana y que puede controlar la cantidad que gasta y reducirla. «Es mi dinero, se me debería permitir hacer lo que quiera con él. No acepto esto», añade.
La Lotería Nacional envió un correo al jubilado explicando que no es posible levantar la prohibición porque, aunque él sienta que no se está excediendo en gastos, el modelo de análisis de comportamiento de esa entidad demostró lo contrario. «El principio rector de la Lotería Nacional siempre ha sido que queremos que mucha gente juegue un poco, en lugar de que unos pocos jueguen mucho», dice el mensaje, donde se le recomienda al hombre al final de los 90 días considerar una «autoexclusión más prolongada o permanente» debido a sus patrones de juego.