Nuestro planeta pesa 5,97 billones de toneladas. Una masa que es difícil de imaginar por nuestro cerebro pero que en realidad está continuamente sufriendo cambios sustanciales y que con el paso de los siglos ya no será la misma.
Hay muchas investigaciones sobre este tema y se estima que con la acumulación de polvo de meteoritos y desechos espaciales de todo tipo nuestro planeta (que ha cambiado la velocidad a la que gira) gana 40.000 toneladas cada año. Por otro lado, la atmósfera dispersa 95.000 toneladas de hidrógeno al espacio cada año.
Además, existen otros fenómenos que, en conjunto, constituyen una pérdida de masa constante para el planeta (hace no mucho te contamos el misterio del encogimiento de los planetas que también afecta a la Tierra). La desintegración radiactiva del núcleo es de 160 toneladas al año y la pérdida de helio en la atmósfera de 1.600 toneladas al año.
En total llegamos, aproximadamente, a 50.000 toneladas de peso cada año. Una cifra que parece aterradora y que trae a la mente la imagen de un planeta que va perdiendo piezas poco a poco hasta desaparecer.
En realidad, según los cálculos de los científicos, nuestro «hogar» tardará unos 120.000 billones de años en desaparecer. Un número que no debería afectarnos como especie. Y desde luego, hasta el próximo fin de semana podemos estar tranquilos.