La célebre daga de hierro hecha con meteoritos encontrados en la tumba del faraón egipcio Tutankamón fue forjada a temperaturas de unos 950 grados o menos y fuera de Egipto.
Los investigadores del Instituto de Tecnología de Chiba (Japón) utilizaron equipos analíticos que llevaron al Museo Egipcio de El Cairo en febrero de 2020 para desentrañar el misterio de cómo se produjo la daga a través del análisis químico. El equipo se utilizó para determinar los elementos que entraron en la daga de hierro, así como para medir los detalles en su superficie.
Resultados de la investigación
La investigación hasta ahora había determinado que la daga estaba hecha principalmente de meteoritos de hierro. La daga también contenía entre 10 y 12 por ciento de níquel, siendo el ingrediente principal la octaedrita, un tipo de meteorito de hierro. Por eso se le llamaba espacial: bajo la creencia que se la regalaron seres del espacio exterior.
El análisis de la daga realizado por el equipo confirmó la existencia de sulfuro de hierro que se encuentra comúnmente en la octaedrita. También hubo señales de que el metal se había calentado a por lo menos 800 grados.
Un análisis de la distribución del níquel en la superficie encontró restos de un cristal conocido como patrón de Widmanstatten que también es característico de los meteoritos de hierro.
Debido a que ese patrón desaparece cuando el metal se calienta a temperaturas superiores a los 1.000 grados, el equipo concluyó que la daga se forjó a temperaturas de unos 950 grados o menos.
La empuñadura de oro de la daga también contenía rastros de calcio, que normalmente no se encuentran cuando se procesa el oro. Eso llevó a la creencia de que se usaba yeso para unir los adornos a la empuñadura.
No fue en Egipto
Egipto no tenía la tecnología para fabricar hierro o yeso en ese momento. Pero en las cartas de Amarna escritas en tablillas de arcilla que se descubrieron a lo largo del río Nilo hay una entrada sobre una daga de hierro presentada como regalo al rey egipcio de Mitanni, un reino en el norte de Mesopotamia.
Esa referencia llevó al equipo de investigación a conjeturar que la daga era un regalo para Amenhotep III, el abuelo de Tutankamón. Los resultados de la investigación se publicaron el 11 de febrero en la edición en línea de Meteoritics and Planetary Science.
«En ese momento en Egipto, el hierro se consideraba un elemento que en raras ocasiones caía del cielo y era unas 80 veces más valioso que el oro», dijo Takafumi Matsui, presidente del Instituto de Tecnología de Chiba, que se especializa en planetología comparada y dirigió el equipo de investigación. «Tutankamón probablemente heredó la daga de hierro de su abuelo y fue colocada en su tumba cuando murió a una edad temprana», añadió, citado por Asahi Shimbun.
Historia del Faraón
Tutankamón gobernó Egipto en el siglo XIV a.C. y los arqueólogos han descubierto una asombrosa cantidad de artefactos antiguos enterrados con el cuerpo momificado del rey.
En la década de 1990, un equipo de investigadores del Museo Nacional de Historia Japonesa realizó experimentos para determinar si las espadas podían forjarse realmente a partir de meteoritos de hierro. Recolectaron seis tipos de meteoritos de hierro de todo el mundo y los maestros forjadores de espadas intentaron forjar espadas.
La conclusión a la que se llegó fue que las espadas podían fabricarse a temperaturas inferiores a los 950 grados si hubiera pocas impurezas como el azufre y el fósforo en el meteorito de hierro.
Tsutomu Saito, ahora profesor de ciencias de las propiedades culturales en el museo, formó parte de ese equipo en la década de 1990. Dijo que los últimos hallazgos eran similares a lo que el equipo descubrió hace unas tres décadas. «Proporciona evidencia de que los pueblos antiguos habían logrado las condiciones que predijimos científicamente», dijo Saito.
Forjar un meteorito de hierro que contenga níquel es difícil debido a la dureza del material. Pero Saito cree que los artesanos de esa época usaron su instinto y experiencia para encontrar la temperatura adecuada para calentar los materiales preciosos que usaban para fabricar productos de hierro.
«Este es un hallazgo importante que muestra el punto de partida de la búsqueda de la humanidad para desarrollar tecnología de fabricación de hierro», dijo.