La localidad de Urriés, en la provincia de Zaragoza (España), es la orgullosa ubicación de un callejón que, con 41 centímetros de ancho en su punto más estrecho, aspira a constar como la vía pública más angosta del mundo en el libro Guinness de los récords.
Se trata de una calle medieval que parte de la plaza Mayor del pueblo, de tan solo 40 habitantes, y discurre junto a la iglesia de San Esteban, una construcción medieval del siglo XII, y que en su parte más reducida no alcanza ni el medio metro de separación entre cada una de las dos fachadas que la delimitan.
n el libro que recoge los récords mundiales se encuentra superada por la calle Spreuerhof, en la localidad alemana de Reutlingen, que solo mide 31 centímetros en su parte más reducida. Sin embargo, esta comunica con una propiedad particular, por lo que la de Urriés sería la vía pública más estrecha.
El Callejón de Urriés, como se conoce a esta peculiar pasaje de 25 metros de longitud, permaneció cerrado durante buena parte de la primera mitad del siglo XX, en principio por una cuestión de higiene. Desde 1955 volvió a ser abierto al tránsito público, pero de uno en uno, porque es materialmente imposible que dos personas se crucen en su interior.
El alcalde de Urriés, Armando Soria, inició hace varios años los trámites para intentar inscribir el particular patrimonio de su municipio en el libro Guinness de los Récords, aunque de momento no ha obtenido respuesta.