La fiebre tifoidea es poco frecuente en los países industrializados. Sin embargo, sigue siendo una amenaza grave para la salud en el mundo en desarrollo, especialmente para los niños.
Se propaga a través de alimentos y agua contaminados o por contacto directo con una persona infectada. Los signos y síntomas de la fiebre tifoidea generalmente son fiebre alta, dolor de cabeza, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea.
Los síntomas en niños con fiebre tifoidea en ocasiones aparecen de repente, los signos y síntomas son más propensos a desarrollarse gradualmente – con frecuencia en 1 a 3 semanas tras la exposición a la enfermedad.
Primera semana
En el momento en que aparecen los signos y síntomas, probablemente se detecte:
Fiebre, que empieza baja y aumenta diariamente, de manera frecuente hasta 40 °C
Cefalea.
La debilidad y la fatiga.
Tos seca, persistente.
Pérdida del hambre.
Dolores abdominales.
Diarrea o bien estreñimiento.
Segunda semana
Si no se trata, puede introducir una segunda fase en la que el paciente está grave y experimenta:
Continuando con fiebre alta
Diarrea o estreñimiento severo
Gran pérdida de peso
Distensión abdominal extrema
Tercera semana
En la tercera semana, puede:
Delirar. Estar inmóvill y agotado con los ojos medio cerrados, en lo que se conoce como el estado de la fiebre tifoidea.
Las complicaciones de forma frecuente se desarrollan en ese instante.
Cuarta semana
La mejora puede suceder poco a poco a lo largo de la cuarta semana. La fiebre probablemente reduzca hasta el momento en que vuelva su temperatura a la normalidad en 1 a 10 días, aunque los signos y síntomas pueden volver hasta un par de semanas una vez que la fiebre haya desaparecido.
¿Cuándo consultar a un médico?
Busque atención médica inmediatamente si sospecha que tiene la fiebre tifoidea. Infórmese por adelantado sobre la atención en las áreas que visitará y mantenga una lista de nombres, direcciones y teléfonos de los médicos recomendados.
Si desarrolla signos y síntomas tras retornar, busque un doctor especializado en salud internacional o bien un médico especializado en enfermedades infecciosas. Un especialista puede ser capaz de reconocer y tratar su enfermedad posiblemente antes que un médico que no está entrenado en estas áreas.
La fiebre tifoidea es ocasionada por una bacteria virulenta llamada Salmonella typhi. Aunque están relacionadas, la bacteria S. typhi y la bacteria Salmonella responsables de otra infección intestinal grave, no son lo mismo.
Aun tras el tratamiento antibiótico, un pequeño número de personas que se recuperan de la fiebre tifoidea sigue acogiendo las bacterias en el tracto intestinal o bien la vesícula biliar, de manera frecuente a lo largo de años. Estas personas, llamadas portadores crónicos, expulsan la bacteria en sus heces y son capaces de infectar a otras personas, a pesar de no presentar signos y síntomas de la enfermedad.