El envejecimiento es un proceso por el cual todos los seres vivos pasan. No obstante, hasta aquí las similitudes entre especies, pues hay animales que envejecen más rápido que otros. En concreto nos referimos a nosotros, los mamíferos, quienes después de unas década buenas vamos cayendo rápidamente. ¿A qué se debe esto? Bueno, un estudio señala ahora a los dinosaurios como los culpables de esto.
Hace 100 millones de años los mamíferos eran los últimos seres de la cadena trófica. Durante la era Mesozoica fueron los dinosaurios los que reinaban, y no pocas especies eran verdaderamente fieras. Nuestros antepasados eran simples aperitivos para sus siempre ganas de comer. Por tanto, los pequeños mamíferos parecidos a roedores empezaron a transformarse para aceptar esta triste vida.
Huir para evitar ser devorados fue la causa
La transformación se dio a lo largo de los millones de años que duró el periodo de los dinosaurios. Los mamíferos sabían que eran presas fáciles para los inteligentes reptiles, por lo que decidieron modificar sus hábitos y centrarlos en el rápido crecimiento y reproducción. En otras palabras, tener hijos pronto y morir jóvenes. Esa era la filosofía.
En esta dinámica de crecimiento rápido, reproducción y muerte súbita los mamíferos provocaron que en sus cuerpos apareciera un envejecimiento más pronunciado que en otras especies. Así, una vez realizada su tarea de legar sus genes, los mamíferos del Jurásico y el Cretácico estaban listos para ser devorados. Y si no era así su ritmo de vida los llevaría a un envejecimiento muy deprisa.
Estos son básicamente los puntos más importantes de la hipótesis planteada por el profesor João Pedro de Magalhães en la revista Bioessays. De acuerdo con Magalhães, esa dinámica creada por los mamíferos en el Mesozoico sigue vigente en la actualidad, por eso los seres humanos notamos tanto los efectos de la vejez en nuestros cuerpos.
Sí, es cierto que hoy es fácil llegar a los 80 o 90 años, pero todo ello gracias a la medicina moderna y a los cuidados especiales que damos a nuestros mayores. No obstante, criaturas como los tiburones boreales o reptiles como las tortugas pueden vivir cientos de años más que nosotros sin casi inmutarse. Es por ello Magalhães culpa al estilo de vida de los mamíferos en época de los dinosaurios.
Por supuesto aquellos pequeños y peludos seres que estaban rodeados de gigantes por todos lados poco más podían hacer. Puede que, dentro de cientos de millones de años, si el ser humano sigue dominando la Tierra, podremos revertir el envejecimiento, de forma natural o artificial (esto ya lo estamos haciendo). El tiempo nos dirá.
Lo que está claro es que aunque ahora suframos las consecuencias de la vejez, sin esos hábitos reproductivos y de vida desenfrenada de los antepasados del ser humano ahora quizá no seríamos una especie inteligente.