El pez cabeza de serpiente del norte (Channa argus), es una especie invasora con capacidad de respirar el mismo aire que el resto de la humanidad y sobrevivir en tierra. Las autoridades del estado de Georgia, en los Estados Unidos, alertaron de su aparición a la oficina de Recursos Naturales local, la cual no tardó en ‘condenarlo’ a muerte.
Tras una investigación, el Departamento de Recursos Naturales de ese estado confirmó que un pescador encontró un ejemplar de esta especie en un estanque de una propiedad privada en el condado de Gwinnett, lo que marca la primera aparición registrada de este “invasor” en la región.
“El departamento está tratando de determinar si el pez se ha extendido desde el estanque para evitar que la especie llegue a otros cuerpos de agua en Georgia”, dijo Matt Thomas, jefe de pesca de la División de Recursos de Vida Silvestre.
El pez cabeza de serpiente del norte es una especie con una enorme capacidad de supervivencia y que puede respirar fuera del agua. De ahí que las recomendaciones de aquella oficina a todos los pescadores del estado que lo encuentren son las siguientes: primero, tras capturarlo, nunca debe ser liberado; y segundo, matarlo y… congelarlo.
“Luego, deben tomar fotografías, anotar dónde fue capturado e informarlo”, agregaron en un comunicado. El pez fue clasificado como invasivo y peligroso para la vida silvestre porque puede competir o desplazar a otras especies en el agua. “Si logra establecer más poblaciones de crías depredadoras, alteraría las redes alimentarias y los sistemas ecológicos que podrían dejar un cambio permanente a otras especies en los cuerpos de agua”, difundió el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
El pez cabeza de serpiente del norte, originario del este de Asia, solía venderse en tiendas de mascotas, mercados de pescado de comida viva y restaurantes en algunas ciudades importantes antes de 2002, momento en el cual el Servicio de Pesca y Vida Silvestre norteamericano agregó la especie a su lista de vida silvestre nociva.
Estos ejemplares pueden crecer casi un metro de largo y provienen de la cuenca del río chino de Yangtzé. Aunque tienen dientes muy afilados, nunca se reportó que haya mordido a un humano.