Un grupo internacional de investigadores descubrió microorganismos vivos dentro de una grieta de una roca de 2.000 millones de años, lo que representa la evidencia de vida microbiana más antigua conocida hasta el momento, informa la Universidad de Tokio.
La antigua roca fue encontrada en el complejo ígneo de Bushveld, una estructura geológica ubicada en el noreste de Sudáfrica, que se formó cuando el magma se enfrío lentamente debajo de la superficie terrestre. La piedra se hallaba a una profundidad de 15 metros.
En 2020, se encontraron microbios vivos dentro de los depósitos minerales arcillosos de una muestra de roca de 100 millones de años de antigüedad, la cual fue recolectada a 122 metros bajo el fondo del océano Pacífico sur.
Las rocas antiguas pueden ser habitables
En un estudio recientemente publicado en la revista Microbial Ecology, se demostró que las rocas ígneas de 2.000 millones de años de antigüedad pueden ser habitables, a pesar del escaso suministro de energía de las interacciones entre estos materiales rocosos y el agua.
Los científicos llegaron a esta conclusión después de analizar una muestra del núcleo de la roca hallada en Bushveld que medía 30 centímetros de largo por 85 milímetros de ancho.
¿Cómo se encontraron los microbios?
Para descubrir a los microbios, los especialistas se basaron en las metodologías usadas en su anterior investigación para determinar la edad y el origen de estos microorganismos. Para esto, combinaron tres técnicas de obtención de imágenes (espectroscopia infrarroja y microscopía electrónica y fluorescente) para confirmar si la vida microbiana provenía del núcleo de la roca o de la contaminación accidental durante la excavación y el análisis.
Más adelante, al teñir el ADN de células de los microbios, se logró observar las proteínas de estos organismos, así como su hábitat arcilloso circundante. Estos parámetros revelaron que los microbios estaban vivos y que eran nativos de la grieta de la roca.
Los investigadores destacan que los resultados de su estudio pueden proporcionar información para la compresión de la evolución de las primeras formas de vida temprana, así como para la búsqueda de vida extraterrestre en las muestras de roca provenientes de Marte.