Llega el momento de comenzar a programar y planificar las Fiestas para despedir el año y celebrar la Navidad, disfrutando en familia y con amigos. El uso de pirotecnia está regulado, pero es cierto que todavía se utiliza en numerosos eventos.
El mayor peligro radica en los accidentes que pueden ocasionar, además de las alteraciones que producen, no solo en los seres humanos, sino también en las mascotas y en otros animales. Además, es importante tener presente la contaminación generada que causa, en el medioambiente ,e impacta en la salud, produciendo desde lesiones leves a graves.
Recordemos que una conversación normal tiene aproximadamente 60 decibeles (dB), y los sonidos no deberían superar los 80 dB. Estos son los niveles admitidos por la Organización Mundial de la salud (OMS), por lo que un nivel superior es considerado dañino. Y en el caso de ruidos de impulso no deberían superar los 140 dB, evitando de esta manera las consecuencias.
La exposición a los ruidos, provenientes de la pirotecnia pueden tener diferente intensidad (cohetes, petardos y bombas de estruendo, entre otros artículos) en general tienen un tiempo de subida muy corto, es decir un comportamiento transitorio muy rápido, y más allá de que el oído humano, tiene varias protecciones naturales contra el ruido propiamente dicho, ninguna de ellas es capaz de contrarrestar este tipo de ruido y se pueden dañar las células nerviosas del oído interno y, en muchas ocasiones, causar un daño irreversible en la audición.
El ruido proveniente de cualquier tipo de explosión es impulsivo; es decir, de corta duración (hasta una centésima de segundo), pero de intensidad diferente, antes mencionadas, que puede causar lesiones de por vida.
Claramente el aparato de la audición cuenta con un mecanismo de protección frente a los ruidos fuertes, y el mismo se activa aproximadamente a las diez centésimas de segundos, pero este intervalo resulta ineficaz frente al ruido de las explosiones.
Se dañan las células ciliadas y aparece como consecuencia el conocido trauma acústico que pueden ser de los siguientes tipos.
Trauma acústico agudo: lesión producida por la exposición a un ruido muy fuerte que oscila entre 110 dB a 120 dB.
Trauma acústico crónico: se produce por la exposición a lo largo del tiempo a ruidos fuertes, pudiendo ser progresivo.
La pirotecnia en general puede alcanzar intensidades de entre 140 y 170 decibeles. El daño acústico puede producirse en cualquier persona, pero hay grupos vulnerables, ( personas con Autismo, Enfermedad de Alzheimer entre otras) en estas personas la audición es más sensible y los efectos negativos de la pirotecnia suelen ser más importantes. Por ejemplo, en las personas con trastornos del espectro autista, el ruido causa sensaciones de miedo y malestar general, viéndose afectada, toda la dinámica familiar.
En el caso de personas que usan audífonos deben extremarse las precauciones por el ruido ya que, en este caso en particular, el ruido puede ser amplificado por el aparato y dañar gravemente los oídos. El uso de pirotécnica en lugares cerrados también causa daños graves debido a la presencia del eco.
Las consecuencias del uso de pirotécnica
-Pérdida súbita de la audición (daño del oído interno, que puede ser irreversible).
-Pérdida temporal o permanente de la audición.
Presencia de acúfenos, zumbidos o tinnitus, que en general aparecen casi inmediatamente después de la explosión, los mismos pueden ser transitorios o permanentes, unilaterales o bilaterales y su intensidad variable.
-Perforación de la membrana timpánica.
-Sangrado del oído.
Dolor o malestar.
-Alteraciones del equilibrio
Recordemos que la pérdida auditiva inducida por ruido es completamente prevenible con sistemas de protección adecuados, pero, una vez que ocurre, es irreversible. La prevención es la mejor manera de limitar las consecuencias generadas por el ruido en general, como el causado por el tráfico, los recitales y las fiestas, entre otras situaciones, y evitar el riesgo para el sistema auditivo.
También se debe mencionar que en caso del uso de fuegos artificiales, los olores pueden generar irritación en la mucosa nasal y conjuntiva de los ojos, congestión o dañar también la piel. Las mascotas sufren mucho con la pirotecnia, así como otros animales. Por ejemplo, los caballos tienden a huir y pueden lastimarse con los alambrados.
Luego de las celebraciones, se recomienda permanecer en lugares silenciosos y tranquilos durante aproximadamente 12 horas y esperar que los oídos se recuperen. Y debemos recordar que existe una idea equivocada que es que para que haya diversión y alegría se necesita de ruido y mejor aún si es muy intenso. Esto es un error. Podemos estar muy contentos y disfrutar de nuestras fiestas, sin necesidad de estar rodeado de mucho ruido
Además el sentido auditivo en condiciones normales, contribuye a tener buena calidad de vida, por lo que es importante conocer y difundir las consecuencias que puede tener en la salud el uso de la pirotecnia.